Alan

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Querido Alan

Pareciera que las cosas entre tu y yo tuvieron un viaje turbulento y bueno todo pasó ya.

Te conocí en abril de 2019, nuestra primera cita fue en el CC Miraflores, comimos y estuvimos hablando por un buen rato. Luego caminamos un buen rato por el Centro Comercial. Luego fuimos a tu auto y ahí es donde repentinamente me besaste y yo te correspondí el beso porque claro en ese entonces tu me gustabas. Luego del beso manejaste hacia tu casa conmigo acompañándote, íbamos tomados de la mano en el auto lo cual me gustaba demasiado. Todo eso me hizo sentir muy especial, pasó hora y media desde el evento del beso. 

-Oscar si sabes que solo somos amigos ¿Verdad?-Escuchar eso viniendo de ti me rompió el alma, sinceramente a ese momento yo ya creía que te gustaba mucho. Tomé esta declaración como señal de que lo nuestro no iría a ningún lado.

-Si, lo sé-Respondí eso porque no quería parecer afectado por lo que me dijiste.

Me explicaste acerca de que estabas yendo a terapia y que debido a ello no te sentías que pudieras dar el 100% en una relación. Lo entendí perfectamente, aún así me dolió. Pero no te iba a obligar a nada. 

Me dejaste en mi casa luego de eso.

Pasaron las semanas y volvimos a salir, en esta salida volví a preguntarte acerca de que eramos, porque yo seguía un poco confundido al respecto. Me volviste a explicar y esta vez mas detalladamente, esta vez logre entenderte mejor.

Los días pasaron y me fui convenciendo de que solo eras mi amigo y que nada podía pasar entre nosotros. Desde el primer día que me dijiste que solo eramos amigos yo me empece a convencer de ello, empece a verte como un amigo. 

En la tercera cita, ya llevábamos unos 2 meses conociéndonos. Te dije que ya no me gustaba como me tratabas, me tomabas aun de la mano cuando íbamos en tu auto. Ese día me diste un beso en la mejilla, te dije que eso no lo hacían los amigos y según tu eso eramos. Te enojaste, tu enojo era palpable en el aire, nos encontrábamos en el trafico encerrados en tu auto. Yo solo deseaba que la tierra me tragara en ese momento, lo cual no ocurrió. 

Me sentía como me sentí el día que les conté a mis padres sobre mi sexualidad, me sentía culpable de hacerte sentir mal. Me sentía como el responsable de todo tu sufrimiento. Culpa, mucha culpa eso era lo que sentía. 

Al final no me fuiste a dejar tan cerca de mi casa, yo decidí bajarme a unas 8 cuadras de mi casa porque ya no soportaba estar en ese auto, me despedí de ti, ni siquiera me miraste. Llegue a mi casa y simplemente apagué mi celular porque sabía que tu me escribirías y sinceramente no me sentía bien mentalmente para ver como esto te había afecto, para ver como yo te había dañado sin querer. Unas dos horas pasaron desde que me dejaste, en ese tiempo me entretuve viendo una caricatura para no pensar en todo lo que había pasado y para calmarme. Esto funcionó, me calmé. 

Entonces encendí mi teléfono y efectivamente tenía dos mensajes muy largos tuyos. En ellos hablabas de como yo te trataba cuando nos vimos, que tu me ponías mucha atención a mi y yo ni atención te ponía, pero que cuando tu ya no me ponías atención yo en cambio si te ponía atención. Me dijiste que eso te dolía demasiado. Que no era justo que yo me comportará así contigo, yo te dije que a veces suelo ser muy distraído y que solía hacer eso sin darme cuenta. Te pedí disculpas al respecto. 

Luego de unas horas me escribiste de nuevo diciendo que te disculpabas por lo que dijiste en los últimos mensajes que habías escrito, que no fue la manera mas adecuada en la que debías actual y que no tenías el derecho a haber dicho lo que dijiste. Me dijiste también que me querías tomar algún día algunas fotos con flores alrededor. 

Al final todo se solucionó y ahora somos buenos amigos. Casi no hablamos, pero aún seguimos en contacto. Quedamos como buenos amigos. Te convertiste en uno de mis buenos amigos, de los que atesorare mucho por mucho tiempo.

"Las cosas pasan tan rápido que no te permites disfrutarlas como se deben"

Postdata: Espero estés bien donde quiera que estés.

-Atentamente, tu buen amigo Oscar Ralph.

A mis amores fallidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora