COFFE - Yeongyu -

Capítulo único.

Beomgyu era fanático del café, a nivel obsesivo. estaba enojado, tomaba un café, estaba frustrado, tomaba un café, estaba estresado, tomaba un café, hasta cuando estaba feliz tomaba uno.

Por eso a Taehyun no le sorprendió cuando el mayor le dijo que iría a la cafetería cerca de la escuela porque quería estudiar para un examen final que tendrían dentro de un día.

—Hay una cafetería a una calle ¿Por qué irías a la que está cerca de la escuela? Es muchísimo más lejos —Beomgyu se encogió de hombros con un mohín y Taehyun lo pensó por un momento —¿Te gusta el café que sirven ahí o te gusta el mesero? —Beomgyu escupió el agua que estaba tomando y observó a su mejor amigo con los ojos abiertos —Oh, no me mires así, he visto como lo miras, no soy estúpido

—Obviamente voy porque hacen un delicioso café ¿Qué te ha estado diciendo Jungkook hyung estos días? —Sus mejillas estabas de color carmín y sentía calor por los nervios, Taehyun bufó.

—Yo que podía darte tu número, si no te interesa.

—¿¡Tienes su número y no me lo diste!? Mal amigo.

—¿No era que no te interesaba? —Taehyun levantó una ceja con una sonrisa burlona.

—N-no me interesa, solo me llamó la atención, si eso —El menor soltó una carcajada por lo divertida que era la situación.

—Vamos a ver al amor de tu vida Beom, deja de disimular que de por sí eres bastante malo —Tae tomó a su amigo de la mano y lo condujo hacia la parada de buses, la escuela no quedaba del todo cerca para ir a pie.

La cafetería que Beomgyu solía frecuentar era bastante bonita, muy sencilla y acogedora, era de tamaño mediano y tenía un aroma a café y vainilla por todo el lugar, no era novedad que el mayor visite a menudo la tienda ya que le agradaba el café y como dijo Taehyun, le gustaba uno de sus meseros.

Podría sonar un poco acosador pero se esforzó en aprenderse los horarios del peli azul para poder verlo por más tiempo y esperaba poder hablar con él más que dos simples buenas tardes o algunas charlas cortas que tenían en los tiempos libres del mayor.

Taehyun lo abandonó cuando llegaron a su destino, dijo que debía atender un asunto familiar pero seguramente estaría haciendo otra cosa con tal de dejarlo solo con el mesero, Beomgyu suspiró con cansancio y se adentró a la cafetería, escogiendo una perfecta mesa con vista a la ventana, adoraba tomar café y observar las calles, en los días de lluvia era más bonito y artístico y eso le inspiraba para sus fotografías.

—Café con un pastel de chocolate ¿Cierto? —Y ahí estaba él, con su uniforme de trabajo, su cabello azul y una sonrisa resplandeciente, Beomgyu asintió con una sutil sonrisa, un tanto avergonzado de que conozca su pedido al pie de la letra.

—Hoy seguramente pida más de un café, tengo un examen importante y no estudié nada —se sinceró, Jun asintió completamente interesado y con una reverencia se alejó a preparar su pedido.

El peli azul sabía de memoria el pedido de Beomgyu, no solo porque venía todos los días, si no, porque era un chico que le interesaba bastante y puede, puede, que le gustase un poco, solo un poco. Su bella sonrisa, sus ojos brillantes, su cabello algo despeinado y su tierno rubor en sus mejillas era algo que había quedado marcado en él y no podía dejar de observarlo con tal de poder afianzar su relación mesero-cliente.

—Gracias, ahora te dejaré tranquilo por un rato mientras trabajas y yo estudio todo un libro —Exageró Beomgyu de manera excesiva con una sonrisa, el mayor asintió y siguió con su labor, deseando haberse quedado un poco más de tiempo con su cliente favorito.

Beomgyu pidió tres tazas de café luego del primero, su estudio lo mantenía demasiado concentrado y sin su cafeína no podía aprender todo, o eso decía él.

—¿No eres muy adicto al café? —El peli azul se sentó frente suya, ya no tenía su uniforme, estaba más informal, más acorde a su edad como diría su madre, su cabello azul estaba un poco desordenado y lo observaba con tranquilidad, el corazón de Beomgyu comenzó a mantenerse sereno y tranquilo, porque se sentía así cuando estaba con él.

Cuando estaba con Yeonjun se sentía feliz, libre y amado, su inspiración regresaba y las ganas de fotografiarlo sobre la nieve eran más cercanas.

—¿Tengo algo en la cara Beom? —Yeonjun tenía ambas de sus manos apoyadas en sus mismas mejillas, mientras hacía un mohín, estaba apoyado en la mesa con sus codos y Beom se quedó inmóvil —Choi Beomgyu... Llamando a Choi Beomgyu desde el planeta tierra —Y allí entró en consciencia, observó al mayor más de la cuenta y ahora quedaría extraño a su vista y no quería eso, carraspeó y comenzó a guardar sus cosas, Yeonjun rió.

—Es algo tarde para que vuelvas solo —Comenzó Yeon, titubeandose al principio pero sabiendo llevar la situación después —Déjame acompañarte.

—¿Es una manera indirecta para pasar más tiempo conmigo o quieres secuestrarme? —Dijo Beom, Yeonjun se encogió de hombros.

—Lo dejaré a tu imaginación —Beomgyu bufó y lo golpeó con delicadeza, pero terminó por asentir con una no sutil risa.

Ese día estaba bastante frío por lo que la nariz de Beom estaba algo roja mientras corría por la nieve como todo un niño pequeño.

—Hyung ¿Podría quedarse quieto y de espaldas? Me gustaría tomarle una foto, solo será un segundo —Pidió con un poco de vergüenza, el mayor asintió y dejó que el menor tomara la foto.

Beomgyu había cumplido su sueño de fotografiarlo en la nieve.

Lamentablemente el camino era corto por lo que llegaron a la casa del Choi menor en poco tiempo, Beomgyu hizo un puchero por eso.

—Nos veremos mañana, supongo —Le dijo el peli azul para luego sonreír y entregarle un café —No voy a acabarlo, te lo obsequio.

El menor asintió algo extrañado y entró a su residencia, sus padres no estaban en casa aún.

Dejó el café sobre la mesa de la cocina pero algo llamó su atención, era un post it, rosa neón, se encontraba pegado.

Sonrió como todo un idiota porque Yeonjun le había dejado su nombre completo y su número de teléfono con un mini dibujo de Beomgyu tecleando su celular haciendo un mohín.

Ese día aprendió que Yeonjun tenía dieciocho años.

Que le gustaría estudiar arte.

Que adoraba leer libros sobre todo tipo de temas.

Que iba a una escuela cercana a la suya.

Que su madre falleció.

Que adora la cafeína y por eso deseó aprender a hacer el mejor café del país.

Que tiene dos hermanos pequeños de seis años, gemelos más bien.

Que no le gusta que lo interrumpan al hablar.

Y habló con él hasta la madrugada, olvidando el examen importante que tenía horas después y llegó a la escuela hecho un desastre pero con una sonrisa que nadie podía quitarle, ni siquiera la  profesora de Filosofía.

Esa noche se dio cuenta que Yeonjun había acertado con su dibujo, pero que solo le faltaban los corazones en sus ojos.