Wild love (yaoi)

Obstaculos II

Aquel recuerdo había sido como un golpe directamente en la cara de Jake, no quería más, él no quería que lo volvieran a ver como un loco. Se separó bruscamente de los labios de Dirk y cubrió su boca con su brazo, mantenía la mirada fija en el suelo, no se movió mucho más, necesitaba recuperarse de lo que había pasado en su mente, todo era un desastre en ese momento. Dirk, por otra parte miraba demasiado serio a el pelinegro, en su rostro se observaba una ligera angustia y luego de unos segundos más de silencio... la sorpresa marco la cara del rubio, Jake lo había tomado del cuello, sin tanta fuerza, una pequeña lagrima se deslizaba por su mejilla y se notaba demasiado tenso, haciendo presión en su mandíbula.

-No vuelvas a hacer eso... Simplemente... no

Dirk bajo la mirada y tomo la mano de Jake apartándola de su cuello, sin mucho más que decir camino hasta la puerta y con una mirada fría tomo el pomo volteándose a ver a el contrario, ya no había ningún rastro de preocupación en el - Que te den English... - Quito el seguro y abrió la puerta saliendo, para luego cerrarla con mucha fuerza, molesto por sentirse rechazado.

¿Acaso Jake no lo entendía? ¿Acaso era el moreno quien jugaba con él? No lo sabía pero lo único que tenía claro es que todo eso era una mierda, después de todo ¿Así le pagaba? Él también tenía problemas, eso de ser perseguido y considerado una bestia, nadie gustaría de eso y menos alguien como él. Dirk no había decidido vivir asi, el nunca deseo que fuera de esta manera, el debería estar muerto.

-Dirk... oye, amigo. Luces menos... golpeado que antes. Jaja

Nunca logro verlo, nunca logro contestarle, aun estaba muy débil para algo así, muy apenas estaba vivo. Oh pero aquella risa, definitivamente, era lo mejor del día. Lo mejor de la mayoría de su vida. Estaba agradecido por poder escucharla, el precio era muy caro, pero justo. El estaba bien y eso era lo importante, los demás detalles le parecían tontos, como el hecho de morir. Bueno, quizás no tanto. Los pensamientos que tenia por las noches, aquellos que no le dejaban dormir, el quería mas. El quería todo con el otro chico, pero eso no sucedería, todos lo sabían, el no llegaría muy lejos.

-Hey, aloha... Dirk... yo... y-yo...

Su voz poco a poco se convertía en un largo suspiro y a su vez en un sollozo. El rubio quería hablarle, decirle que no era su culpa, que todo falsamente estaría bien. Pero no podía, seguramente el ni se diera cuenta que podía escucharlo. Por dentro el también se rompía, el dolor en su pensamiento era cada vez era mas fuerte que el físico, todo era mejor que escuchar llorar a el chico al lado de el.

-¿¡Por que lo hiciste?! ¡No quiero esto! ¡No quiero esto para ti! Yo... yo no quiero esto... no quiero esto para ti, ni para mi, ¡no quiero esto para nosotros!

Nosotros, cuantas veces había deseado el rubio escuchar eso antes. Pero ya era tarde, aunque deseara quedarse sus deseos eran nulos. Pelearía hasta el final, hasta que su corazón decidiera apagarse por completo, solo para cumplir su capricho de seguir con el todo el tiempo que pudiera, aunque eso implicara romperse cada vez mas por dentro. Los días por fin pasaron, poco a poco, lentos pero ya era hora, después de tantos llantos y momentos donde todos se despedían por "ultima vez" ese era el dia donde seria realmente la ultima.

-Aun recuerdo unas historias asombrosas que me contaste, realmente todas fueron magnificas. Bueno, según tu a mi todo me parece magnifico, pero esta vez admito que son mas magnificas que el resto. Creo que yo también te eh contado todas mis historias, no quiero aburrirte con una repetición, ya note con las pelis que no te gusta eso, Ja. Bueno, bueno, esta vez te traigo algo nuevo, seguramente te guste. Había una vez... dos chicos, ellos eran mejores amigos, venga chaval, eran los mejores, esos dos juntos eran la bomba. Uno era un sexy chico de piel canela pasión, y el otro era un tipo adicto a los ponys y a cosas raras, Jajaja, okay, okay, ignora eso. El rubio era un asombroso maestro de la katana, creo que esta mejor así. Aquellos dos tuvieron muchas aventuras, eh, cuidado con lo que piensas Strider, aventuras como de vencer monstros y eso, mostrando sus asombrosas habilidades. Vencieron y fueron reconocidos, tenían un montón de chicas anime y azules por doquier, también calaveras y ponys. Bueno, en fin, esos dos siguieron viviendo las aventuras juntos, a pesar de que uno de ellos tuvo un accidente... todo por... p-por culpa del otro tipo... por mi culpa...

Aquello había hecho su corazón trizas, si es que se podía mas que antes. Quería abrazarlo, solo una vez mas o al menos decirle algo, quizás, algo que debía decirle hace tanto tiempo atrás. Tristemente y a la vez por milagro Dirk abrió los ojos viendo a el chico al lado de su cama, el lucia mal, no paraba de llorar cubriendo su boca con una de sus manos, buscando quizás que el rubio no lo escuchara. El chico le miro sorprendido al alzar la vista, casi como si aquello fuera algo único. Tomo su mano y sonreía de una forma tan amplia que hasta le parecía dolorosa a el que estaba en la cama, aun así, no pudo evitarlo. Un dolor repentino comenzaba a invadir su cuerpo, dolía demasiado pero no quería arruinar el momento.

-Dirk, vas a mejorar...

El rubio le sonrió muy levemente transmitiendo cierta tristeza, el no iba a mejorar nunca.

Oh, desear era gratis, pero todo deseo en algún momento acaba o se termina mezclando con el vacío o el mismo olvido, algo así como las sonrisas y los latidos del corazón, un corazón que rozaba el final de su historia.

-Eres cruel Jake English, muy cruel...

Aquellos recuerdos lograban causar un efecto especial en el Wildness, lo hacían sentir débil, triste... solo. Quizás nunca volvería a ser lo mismo, quizás nunca lograría lo que quería y todo sería como una simple broma, o una gran tortura. Todo estaba en su contra, como cosa rara, pero el no era alguien que se venciera fácil, a pesar de las dificultades trataría de seguir, de cumplir cierta promesa. No importaba los años y las situaciones que habían pasado, el nunca olvidaría aquel principio de todo, simplemente el no podía hacer eso.