Definitivamente no quería ir a Xtine. Me sentía muy mal por la llamada de Julián, no quería ir a un antro con Sam a “divertirme”. Pero ella seguía insistiendo hasta que me convenció. Yo no le había contado de mi ex, de hecho no le había contado de casi nada de mi vida, tenía muy poco tiempo de conocerla. Algo me decía que era una chica en la que podía confiar pero era muy pronto para enloquecerla con todos mis problemas.
Estaba acostada en la cama de Sam mientras ella buscaba vestidos que prestarme. Como mencione antes, no tenía ganas de ir pero ella estaba tan emocionada que deje que escogiera mi atuendo, sin importarme que probablemente sería como prostituta.
-Este va a ser, seguro te va a quedar muy bien, tienes mucho busto y te hará una figura estupenda- dijo contenta
-Si.. Seguro –dije sin importancia
-Pasa algo? Te veo un poco desanimada, yo sé que no tienes muchas ganas de ir pero ya verás que es muy divertido, puedes bailas y conocer a nuevas personas
-Si yo sé, solo que no me siento bien, supongo que sigo un poco cruda de ayer en la noche- mentí, planeaba contarle todo, solo que no era el momento
Después de 1 hora de intenso maquillaje y peinado por fin termino conmigo, se había tardado mucho diciendo que no conocía bien mi cara así que tenía que improvisar con el maquillaje y si no me quedaba bien lo cambiaria. Yo solo asentía cada que decía algo, no estaba de buen humor.
Después de otra media hora esperando a que ella estuviera lista salimos de su casa para tomar un taxi. En el camino me la pase viendo por la ventana pensando en muchas cosas, principalmente Julián, el chico que me había roto el corazón, y sin olvidar a mi mejor amiga que se había acostado con él. Que lindas personas.
Llegamos al lugar y se veía hermoso por fuera, había mucha gente haciendo fila para pasar. Chicas semidesnudas con tacones con los que ni podían caminar, chavos muy guapos viendo estas chicas como si fueran una presa. Sam le pago al taxista y bajamos, inmediatamente después de bajar voltearon a vernos, supongo que esto era algo muy típico pues las chicas nos miraron con una cara intimidante y los chavos peor aun. A mí me pareció el momento más incomodo de mi vida pero a Sam parecía no importarle, incluso le giño un ojo a alguno de los chavos que estaban ahí. Nos acercamos al cadenero y este inmediatamente la reconoció y la dejo pasar. Las chicas se quejaban de que ella no había estado formada y Sam solo las miraba por arriba.
Era un lugar bastante grande, todos estaban bailando y tomando, se veía muy divertido a decir verdad, nos ofrecieron una mesa a las dos y una botella de cortesía, pedimos tequila claro, a ella también le encantaba. Notaba como todos en ese lugar nos volteaban a ver, al parecer Sam era muy popular, aparte de que estaba muy bonita y tenía muy buen cuerpo, tenía esa actitud que hacía a las chavas retorcerse y a los chavos caer a sus pies. Bailamos un rato hasta que yo no pude mas y decidí sentarme. La deje bailando con un chavo, el mismo que estaba en la fogata la anterior noche.
Estaba hundida en mis pensamientos cuando de pronto un chavo se me acerco y se sentó a mi lado.
-Hola hermosa, como estas? –dijo muy seguro. Para ser sincera tenía una voz increíblemente sexy y estaba muy guapo, tenia ojos claros y cabello castaño, olía en verdad delicioso
-Hola, muy bien y tú? –dije sonrojándome torpemente
-Me llamo Sebastián –dijo mientras me daba un beso en la mejilla
Me puse mas roja que un tomate, pero gracias a Dios estaba obscuro el lugar si no me hubiera dado mucha pena –Soy Sofía, mucho gusto –dije segura de mi misma. Me encantaba coquetear, era muy buena en eso, así que no tuve problema en hablar con este chico.
Hablamos un buen rato, le conté que venía del DF, que me había mudado por mis papas, las cosas de siempre y él me dijo que tenía familia allá y que se iba a ir a estudiar pronto. Estaba contándome anécdotas de cuando apenas llego a Vallarta y yo moría de risa ya que se parecía mucho a mi, el por el contrario se adapto muy rápido, a mi aun me estaba costando. Sam se acerco haciéndome una cara seductora y atrás de ella venia el chavo de la fogata.
-Si no te molesta voy a ir un rato a casa de Bruno, pero con gusto puedes llegar a mi casa- dijo mientras me daba las llaves de la entrada y un poco de dinero –Ahí hay dinero para el taxi, nos vemos al rato- dijo dándome un beso en la mejilla
Me quede en shock, apenas y conocía el Puerto, como quería que fuera a su casa, que pena llegar y que sus papas estén despiertos o que no me reconozcan y piensen que soy un ladrón, pero aun peor, no sabía cómo llegar a su casa, no recodaba su dirección. Trate de seguirla pero no la encontré, había desaparecido. Volví a la mesa en donde estaba Sebastián esperándome.
-Creo que tengo que irme –dije confundida
-Tan pronto? A donde iras?-dijo y yo negué con mi cabeza
-No se la verdad, se supone que tengo que ir a casa de Sam pero se fue y me dejo sola y no recuerdo su calle ni el numero de su casa –dije preocupada
-Yo te llevo, no te preocupes –dijo y cuando vio mi cara de que no estaba muy convencida añadió –No te preocupes no voy a hacerte nada, conozco a Sam desde que éramos pequeños y se perfectamente en donde vive
-Está bien, muchas gracias- dije más tranquila
Tomo mi mano y salimos de ese lugar. Entrego un ticket al valet parking y esperamos su coche. Se escucho un motor muy potente y cuando voltee lo vi. Era un Aston Martin One-77, uno de los autos más caros del mundo. Este chico tenía dinero. Abrió la puerta y espero a que entrara para cerrarla. Paso al lado del conductor y se coloco el cinturón. Ya con mas luz que adentro pude ver que era bastante guapo.
-Que bonito auto -dije sin esconder mi asombro
-Gracias, es mi bebe –dijo orgulloso y me guiño un ojo
El trayecto fue callado hasta que prendió la radio. Estaba mi canción favorita, la canción que siempre cantaba con mi mejor amiga, su nombre es Andrea por cierto, bueno era mi mejor amiga. Sin pena alguna comencé a cantar como loca, hacia caras con cada oración que cantaba, Sebastián se sorprendió y soltó una carcajada.
-Que rápido entras en confianza- dijo tratando de no reírse mas
Me dio mucha pena, no había pensado que estaba en el auto de un desconocido.- Lo siento, en verdad que pena..-dije mientras me sonrojaba
-No importa, eso dice mucho de tu persona, eres interesante –dijo mientras se estacionaba en frente de la casa de Sam –Hemos llegado señorita
-Muchas gracias, me salvaste la vida –dije como damisela en apuros
-El placer fue todo mío –dijo y los dos comenzamos a reírnos –Si no es mucho pedir, podrías darme tu numero?
Sonreí y asentí. Lo anote en su celular y cuando estaba terminando se acerco y me dio un beso en la mejilla. No pude evitar sonrojarme, después le sonreí y dije mientras bajaba del auto –Buenas noches- Cerré la puerta y entre a casa de Sam.
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Puerto chico, infierno grande
Teen FictionSofía es una chica de ciudad que se muda a Puerto Vallarta. Se hace muy amiga de una chica llamada Sam, forman una amistad increíblemente fuerte. Conocerás las aventuras de estas dos chicas. Cosas que ningún padre querría saber acerca de su hija ado...