3

2.3K 283 30
                                    

Era el momento, el momento con el que solo había soñado. Cuando tocó el suelo, la emoción lo embargo, había salido. Sintió el césped bajo sus oyes desnudos, la brisa caer sobre su cuerpo —césped y tierra son, igual que imagine—se recostó en la hierva, sintiendo por primera vez lo que era recostarse sobre esta —la brisa sopla y va con ella viajaré —se levantó y siguió las pequeñas hojas que eran llevabas por el viento. Piso el agua sin querer, la tierra mojada debajo de sus pies, el frío bañandolo hasta lo tobillos —¡esto es sentirse libre! Por primera vez— con su corazón latiendo a mil por hora, tocó aquella cristalina y transparente superficie. Fría, refrescante, la lanzo en el aire sintiendo el contraste del sol con las pequeñas gotas que mojaron su rostro ¿eso siempre estuvo tan cerca? Era tan mágico sentir frío y calor al mismo tiempo, tierra y césped bajo sus pies ¿estaba soñando?. Una pequeña ave pasó junto a él, de ahí venía aquel hermoso cantó cada mañana, sin notarlo empezó a sentir la adrenalina, todo su cuerpo lo movía hacia la salida, hacia la libertad —y voy corriendo, jugando, danzando, siguiendo, soltando, latiendo, salpico y ¡giró! —por primera vez, el exterior estaba tan cerca en la punta de sus dedos. No puedo evitar correr con más fuerza hacia la salida, temía que esta se volviera lejana a cada momento; fue casi mentira cuando cruzó las lianas y estuvo al otro lado, cuando pudo ver lo que era aquel bosque que siempre estuvo frente a él —al fin yo lo siento ¡mi vida empieza asi! —gritó entusiasmado. Algunas avez salieron volando, mientras Tony no podía creer dónde estaba —¡no es posible  lo hice! —lo metido con un intento de pensamiento frío —no es posible, lo hice—la emoción volvió a su cuerpo, salto entusiasmado —¡no es posible si lo hice! —

Pero empezó la ansiedad —Ultron estará furioso —camino al arroyo y contempló las posibilidades —no es tan malo, si no se entera no le hará daño ¿cierto? —

Steve lo miraba de lejos, intentando entender que decía. Pero no bien quiso preguntarle a ¿su amigo? Vio al castaño correr y esconderse en una cueva. Lo siguió, curioso realmente por lo que ahí.

—¿que voy a hacer? ¡Esto lo destrozara! —decía abrazándose a sus piernas.

Lo siguiente fue lo mismo. Tony disfrutaba de correr por el bosque y al momento siguiente se lamentaba en el suelo. Y se sentías mucho peor cada que disfrutaba de correr, jugar y hacer todo lo que podía en un busqué. Debía volver o que tal si no lo hacía. Tony, sumamente confuso por tantas emociones terminó pensativo arrimado a unas piedras, realmente no sabía que hacer, no tenía un plan para sentirse de esa forma.

la voz de Steve lo hizo volver a la realidad —¿estás bien? — Tony asintió sin entender— pues esas lagrimas no parecen estar de acuerdo—

—¿lagrimas? — Tony toco su rostro y noto como las lágrimas inundaban sus mejillas.

—creo que es obvio que ahora te encuentras en una guerra contigo.

—¿que? —se giró a ver al rubio.

—obviamente solo tengo algunas piezas: alguien sobre protector, un viaje prohibido, es bastante  delicado— Tony lo miró tristemente, no creía que fuera tan grave —pero yo calmate tu consciencia —le sonrió—esto es parte de crecer, algo de rebeldía, una aventura, es necesario y sano también —lo consoló.

Tony le sonrió y limpio su rostro —¿eso crees? —

—lo se, ya no te agobies más. Que él  se lo merece, no. Que le Rompez el corazón y estrujas su alma, claro — se cruzó de brazos —pero es algo que tienes que hacer—

Tony abrió la boca sorprendido, no podía creerlo ¿podría él lastimar a alguien? Acaso el haría cualquier cosa para alcanzar lo que queria ¿podría?

—yo creo que lo mejor es que vayas a la torre, obedezcas y nadie saldrá herido, tu consigues una relación basada en confianza y lealtad y yo recupero mi bolsa—lo levanto del suelo y lo guió devuelta a la torre —tu sarten y haya esta tu guardián extraño —señaló a Visión y le sonrió al castaño.

— ¡No! yo quiero ver esas linternas

—¡Ay, por favor! ¿Que tengo que hacer para que me des esa bolsa? — grito Steve

Tony amenazó con el sartén —escucha, estoy lo suficientemente preocupado ahora, no quiero más problemas—

Y una idea tintineo en la mente de Steve— si lo mejor será alejarnos de problemas—

—sí, pienso eso también —

La idea tintineo en la mente del rubio —¿tienes hambre? conozco un lugar excelente-

—y ¿dónde es? — Tony sonrió.

—oh, lo sabras cuando lo huelas—llevó a Tony, tomándolo por los hombros, guiándolo al lugar que él creía perfecto para hacer que el castaño se rindiera con su pequeño viaje.

Barton y Romanoff cabalgaban tranquilos, aunque debían fingir preocuparse, sabían que Steve no iría muy lejos, después de todo él era su capitán. Tomaron cada cartel de se busca que tuviera el rostro de Rogers y lo rompían enseguida. Steve no era alguien malo, es solo que desde el asesinato de su prometida el cual nisiquiera fue investigada, Steve dejó de confiar en le ley, tomó algunas malas desiciones y terminó como un traidor ante la guardia real. Pesé a todo ellos aún confiaban en su buen juicio.

—tengo sed—confesó el arquero, bajó de su caballo y fue entre los aboles a buscar un poco de agua.

—espera inútil— Natasha lo fue siguiendo y dejo los dos caballos. Fue tras el hombre y lo tomo de la oreja— debes cuidar los ca...—la pelirroja se detuvo y se quedó quieta. Mirando fijamente a la figura que venía hacia sus caballos.

—¿qué pa...?— Natasha le tapó la boca al contrario. Con una señal lo hizo mirar hacia el frente. Ambos se quedaron en silencio y vieron a un ¿hombre? asustarse al ver los caballos.

—caballos del castillo—su voz era extraña, como o una mescla de voz humana y voz robótica —y ¿sus jinetes?—él hombre encapuchado parecía alterarse —¡Rapunzel!— gritó y regreso sobre sus pasos.

Los soldados miraron fijamente como este se iba.

Ultron regresó corriendo a todo lo que daba a la torre.

—¡Rapunzel, deja caer tu cabello! — grito con nervios, mirando aterrado hacia arriba, pero por más que esperó nada paso.

Escaló sin importarle el daño o dolor alguno. Llegó a la ventana y buscó en todos lados, pero Tony no estaba ahí. Desesperado se tiró en la sala. El reflejo del sol poniéndose en el horizonte sobre un objeto le llamó la atención, se acercó a las escaleras y movió un tablón de estas. Había un bolso, con cuidado lo abrió y saco su contenido. del susto movió su cuerpo hacia atrás, tiro la corona como si le quemara la mano, busco con desespero algo más en esa baratija de maleta y encontró un papel.

Frunció el ceño y miró molesto la hoja, subió a su cuarto y buscó una daga. Nadie le volvería a arrebatar todo su poder.

Tangled - Rapunzel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora