Emily.
Como mamá me había explicado una vez; "—Si algún extraño te llega a hablar o te empieza a acosar, tu solo camina, ve al lugar en el que creas habrá más personas."
Y eso estaba haciendo, luego de ver el intento fallido de conquista de aquel chico empecé a caminar, obviamente él empezó a seguirme.
—Oye... ¿Por qué aún estás siguiéndome? —pregunté llamando su atención, una pregunta estúpida, sin dudas.
—Porque... quiero ayudarte. —respondió colocándose junto a mi,— ¿quieres que te ayude con tus compras? —cuestionó observando atentamente mi bolsa con mi preciada comida enlatada.
Muy bien, Em, es obvio que ahora no intenta ligar, quiere robarte:— ¡No! —respondí un poco brusca al mismo tiempo que abrazaba mis compras.
Él me miró un poco extrañado, pero luego empezó a reír, aproveché ese momento para seguir caminando, yo no me quedaría a esperar que terminara de reír, no permitiría terminar secuestrada, sin nada, o quizá muerta.
Me dio tiempo para cruzar la calle, en ese momento intente mezclarme con las personas que pasaban por ahí, digo intenté por qué no había ni un alma rondando la calle en ese momento, ¡Obviamente Emily, está lloviendo!
Mientras mi mente le rezaba a todos los dioses del Olimpo, mi cuerpo se encargaba de caminar lo más rápido posible, algo que era difícil, ya que todo estaba cubierto de agua y lodo.
—¡Oye! —Dios, al ser una de las pocas personas que caminaban por ahí, pude escuchar como se acercaba corriendo hacia mi.— ¡Espera! Yo... yo no quiero robarte.
¡Mentiras! Eso era más falso que las palabras de cariño de mi padre.
A lo lejos vi un taxi, este venia hacia nosotros, observe fugazmente mi bolsa y note que compre tres paquetes de aceitunas, perder una no hará tanto daño, le hice una seña al taxi, mientras este estacionaba abrí el paquete de aceitunas, el chico me miraba atentamente, era un idiota.
En un movimiento veloz le lancé todo y salí corriendo al vehículo, sin duda un gran escape.──Muy bien, hoy evitaste un secuestro, Em. —Me dije al mismo tiempo que soltaba todos el aire que retuvieron mis pulmones debido a la adrenalina.
[...]
Luego de una buena ducha caliente, empecé a calentar agua, comería una sopa instantánea y empezaría a estudiar y realizar los deberes.
Mientras ordenaba mi lugar de estudio, es decir mi habitación, el timbre de la puerta sonó, corrí a abrir.
Nervios y miedo invadieron mi cuerpo en momento que abrí la puerta, él estaba ahí, mirándome con los ojos rojos, quizá por la irritación del vinagre, empapado y notablemente enfadado.
Antes de que dijera algo le cerré la puerta en la cara.—Demonios, qué hice... —susurré con pánico, el loco secuestrador estaba afuera de mi casa. Justo en la puerta.
[...]
-Aby
15/01/20
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Un cliché bajo la lluvia.
Teen FictionEmily odia los cursi, odia las novelas románticas, odia pensar que su vida podría ser un cliché y que ella podría ser la protagonista; aquella que solo llora por no tener un amor correspondido, aquella que solo se preocupa por su apariencia física...