Remitente

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Querida mía:

Nunca suelo poner el remitente

Pero,

Para que poner mi nombre

Si nunca me llamabas por él

Los apodos, mis apodos

Amontonados en tu garganta

Que se desgastaba por tus gritos al silencio

No me extrañaría

Que estuvieras aún internada

Susurrando en mi espalda cosas incoherentes

Olvidabas mi nombre

Siempre

Siempre

Maldición!

¡Pudimos ser más que besos en la sienes y 'te amos' suspendidos al aire!

Pero.. Lo he decidido

No te escribo para recriminarte

Asi que regresemos a tus colores favoritos

En la parte donde amabas el rosa y odiabas al Negro

Dios pequeña, debiste siempre odiar al Negro y nunca soltar al rosa

(P. D. Perdón si de esta carta en adelante pongo remitente y es que aún me duele esto)

                                                

                                      Con infinito
                                                cariño
                                                 Negro

DrownDonde viven las historias. Descúbrelo ahora