🔞 [яєтσ] σηє-ѕнσтѕ/∂яαввℓєѕ ▪ Ａ Ｓｏｎｇ, Ａ Ｓｔｏｒｙ ▪

♪● Because of you ○♪

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Sԋιρρ: Aԃɾιɠαɱι.
Cαɳƈιóɳ: Bҽƈαυʂҽ σϝ ყσυ - Kҽʅʅყ Cʅαɾƙʂσɳ

La noche había caído en la ciudad del amor, y en medio de la oscuridad, en una habitación, cierta joven de melena azabache miraba con melancolía la luna desde su ventana.

Habían pasado cinco meses desde que él se fue y aún se sentía vacía desde su partida.

—Adrien...— suspiro dirigiendo sus zafiros al teléfono que se encontraba sobre su mesita de noche.

Le era muy difícil reprimir sus impulsos, así como le costaba olvidar a su primer amor.

—Debido a ti el miedo me consume día tras día, Agreste.

El ruido de la lluvia caer llamó su atención, provocando que sonriera con tristeza ante el típico cliché.

Una pérdida amorosa en una noche lluviosa, clásico.

Un suspiro cansado brotó de sus labios, para después levantarse de la cama y salir de su habitación.

A decir verdad, estar encerrada no le ayudaba, al contrario, eso la hacía recordar el error que cometió sin pensar.

Todo por amor.

Estaba por tomar asiento en el sofá de la sala, sin embargo, unos toquidos interrumpieron su acción, caminando desganada hacía la puerta, arrepintiéndose al instante de haberla abierto.

—Por favor, no cierres, necesito hablar contigo.

—Lo siento, pero yo no tengo nada que...

—Solo quiero que me escuches, por favor...

La esgrimista suspiro, haciéndose a un lado para que él ingresara a su hogar.

—Tienes cinco minutos, así que apresurate.

El de ojos verdes asintió, rascando con nerviosismo su nuca, era obvio que no sabía exactamente que decir, pero prefirió guardar silencio y dejar que malgastará su tiempo.

—Te vengo a pedir perdón.— murmuró. —Por haber jugado contigo cuando no lo merecías, por aceptar tus sentimientos cuando yo ni siquiera sabía cuales eran los míos, por engañarte cada vez que decía que también te amaba, por no tener el valor de decirte que me había enamorado de alguien más, por hacer de nuestra relación una farsa...— suspiró. —Por favor, Kagami, perdóname.

Silencio.

En ese momento un silencio verdaderamente incómodo se había instalado entre los dos, ella no se atrevía a decir nada, simplemente mantenía los puños apretados y la mirada baja.

Que le recordará todo eso y le fuera a pedir perdón de golpe no había sido una buena idea.

—¿Kag? Por favor, di alg...

—Es muy fácil para ti, ¿no?— interrumpió. —Venir después de cinco meses a pedir que te perdone tan fácilmente por lo que me hiciste.— sonrió irónica. —Adrien, me engañaste con la única amiga que tenía, la única en la que confiaba, la única que juro jamás mentirme y dañarme...— reclamó. —Por su culpa ahora vivo con miedo, creyendo que no soy ni seré suficiente para alguien, que nadie va a amarme enserio y a la primera se irá con cualquiera mejor que yo.— murmuró. —No, Agreste, quieres que te perdone, pero lamento decir que me niego a hacerlo, en este momento no me siento con la necesidad de hacerlo.