[06]

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[KN & KS]

Abrió los ojos con lentitud al sentir un peso sobre sus piernas y un exceso de calor bastante sofocante, situación que empezó a incomodarlo y lo obligó a despertar sintiéndose confundido al observar el techo de una habitación que evidentemente no era la suya, giró la cabeza para observar a la persona que se encontraba a su lado y un grito lleno de horror se atoró en su garganta al observar un rostro completamente conocido.

—¡Kim Namjoon!—Exclamó levantándose de golpe y empujando al moreno logrando que este cayera de la cama provocando un golpe sordo.

—¿Qué demonios? ¿Qué te pasa, por qué me atacas si yo no te hice nada ah?—Cuestionó Namjoon de mala gana levantándose y sobando la zona en la que se golpeó al caer.

—¿Recuerdas la primera regla que te di cuando empezaste a trabajar conmigo?—El rubio miró sintiéndose bastante frustrado por la situación en la que se encontraba.

—Nada de contacto físico—Recordó Namjoon calmadamente y su mayor quiso lanzarle la almohada que tenía a su lado.

—¡Y hoy desperté con tus piernas sobre mi!—Exclamó con una tonalidad rojiza invadiendo su rostro y un silencio bastante incómodo se formó entre ambos, silencio que parecía que no terminaría jamás, hasta que el menor de los dos aclaró su garganta.

—Iré a ducharme, si gustas puedes quedarte recostado un rato más o marcharte, lo que mejor te parezca, sinceramente no me interesa.—Se alzó en hombros y salió de la habitación sin darle a Seokjin la oportunidad de dar respuesta a tales palabras.

Cuando se quedó solo en la habitación se tomó el tiempo para observarla, las paredes estaban pintadas de blanco, y a pesar de estar desgastadas se encontraban impecables y por supuesto vacías, no había ninguna fotografía, pintura, o póster decorativo como en su habitación, además lucía muy diferente a lo que el acostumbraba mirar, en ese momento volvió a su mente que la noche anterior tenía puesto un traje, así que agachó la mirada observando que lo que tenía puesto ya no era aquel impecable traje de seda, en su lugar vestía un pantalón de pijama con tela de calidad dudosa y una camiseta blanca que le quedaba un poco grande.

Frunció el ceño y se levantó de la cama sintiendo en las plantas de sus pies la frialdad del suelo, sin embargo, se limitó a ignorar la incomodidad que eso le provocaba y se apresuró a caminar hacía el espejo que estaba sobre un pequeño mueble de madera, lo tomó entre sus manos y casi lo deja caer al observar que tenía el labio roto, el ojo derecho con una leve tonalidad morada y también el pómulo derecho con una tonalidad rojiza producto del puñetazo que había recibido, no sabía que pensar ante eso, ¿qué diría cuando volviera a casa?, muy seguramente su madrastra lo haría trizas y ni hablar de su padre que a pesar de ser una persona pacífica tenía un límite y él ya lo había traspasado hace mucho tiempo.

—¿Te sientes mejor?—Pegó un grito nada masculino ante la pregunta y volteó encontrándose con una niña de cabellos castaños que se encontraban completamente desordenados haciéndole saber que al igual que él recién se había levantado.—Uy, si que te dieron una paliza—Exclamó e hizo una mueca de dolor que causó que Seokjin sintiera ganas de reír pero en su lugar mantuvo una mueca en sus labios.

—Estoy mejor, gracias—Respondió con amabilidad.

—Muy bien—La niña le sonrió.—¿Te quedas a desayunar?—Preguntó curiosa.—Bueno, mi hermano saldrá pronto del baño así que no te preocupes, el desayuno estará listo para cuando salgas de bañarte—Dijo rápidamente sin darle tiempo al rubio para responder y salió de la habitación prácticamente corriendo.

Un par de minutos después Namjoon se hizo presente en la habitación y prácticamente lo echó prestandole una toalla y dándole un par de artículos de higiene personal, incluido el traje que llevaba el día anterior perfectamente planchado y colgado.

Apariencias [J.H]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora