Su presencia fue una constante durante el tiempo que pase ahí acostada en el pasto. Los gemidos habían pasado a otro nivel, la porrista suplicando con voz chillona que no parece de darle placer, llegando a un límite tomó la decisión de irme lo más tranquila que pude fingiendo que no existían, que él no existía cuando era todo lo contrario, Noah brillaba tanto como un diamante en bruto, que decía "Miren y teman"
Lavo mi cara con el agua fría que salía del grifo, necesitaba despegar la mente lejos de la vida de los Dachs o acabaría obsesionada por saber hasta qué demonios llevaban puesto. ¡Concéntrate Ivy! Cierro el grifo, agarro mi mochila y la coloco en mi hombro, salgo del baño con la mente despejada, tenía pendiente las tutorías para recuperar las clases pérdidas durante su ausencia, el trabajo social había hecho una excepción conmigo por mi problema psiquiátrico, agradecía que me dieran la oportunidad de estudiar, si quería una mejor vida, el estudio es mi principal arma para salir adelante y mi único anclaje a la cordura; sin el estaría sumida en ese mundo oscuro. Camino lentamente por los vacíos pasillos hasta el salón de tutorías que daban algunos alumnos de mejor calificación y becarios, ayudaban a los que como yo iban por los suelos, me dirijo hasta mi habitual asiento, dejo mi mochila a un costado del suelo me inclinó sobre la mesa para cerrar un rato los ojos, el cansancio golpeaba mi escuálido cuerpo, otro problema que tenía es que no comía lo suficiente, mi estómago siempre se encontraba tenso como para poder pasar la comida, comía por pura obligación pero realmente lo último que deseaba era probar bocado.
Mi rendimiento iba mejorando según Louis Milton solo necesitaba un poco más de tutorías antes de llegar al promedio medio lo suficiente para pasar el año, además necesitaba pasar la extraescolar de deportes, sino lo hacía estaría suspendida para poder reinscribirse al siguiente año, era obligatorio cursar la extraescolar con un mino de 70 puntos que equivaldría a una C.
—¿Dónde me tengo que presentar? –Pregunto algo indecisa, usualmente nunca le pregunta a nadie, pero esta vez no tenía ni idea de donde ir.
Louis el jefe del comité de tutorías me miraba sonriendo, incomoda por tal acción despejó la vista de él, era un chico muy guapo y demasiado amable, algunas chicas ansiaban salir con él, pero este parecía absorto en su mundo de dar clases.
—En el campus, Noah está dando las extraescolar de deportes.
Voltee a verlo como si le hubiera salido otra cabeza, ¿Estaba hablando de Noah Dachs? ¡Imposible! ¿Quién demonios iría a esas clases de recuperación? Debía estar hablando de otro Noah no del que ella estaba fascinada.
—Si tienes problemas no dudes en buscarme. –Se despedía Louis tomando sus cosas y saliendo del aula.
¿Problemas? Esa palabra había encendido el interruptor de mi miedo, ¿moriría? O... Me daban ganas de reprobar y marcharme de la escuela si eso significaba que viviría, loca pero viva. No iba a ir, eso estaba decidido. Guardo mis cosas dentro de la mochila para después colocármela en los hombros, salgo del aula dispuesta a ir me a casa a descansar, realmente necesitaba dormir un poco, aunque fuese media ahora para aguantar la siguiente ronda infernales, caminaba pensando en que no había nada de malo si espiaba un poco la clase que impartía Noah.
Una mala idea, una muy mala. Eso es lo que me repetía a cada paso que daba hacia la cancha de fútbol americano, caminaba lentamente entre los pasillos infestados de alumnos, la trabajadora social se encontraba fuera de su cubículo regañando a varios alumnos, iba vestida con su habitual vestimenta de un traje de tres piezas puramente planchado, aunque algo descolorido que indicaba sus años de uso. Peinada con un chongo que enmarcaba más sus rasgos afroamericanos, unos pendientes colgaban en sus orejas y el brillo labial resaltaba sus exóticos labios gruesos, era una mujer hermosa entrada a la edad de los treinta y más, su buena vida se reflejaba en su aspecto siempre decente. Al verla la trabajadora social me hacía señas para que me acercase a ella, nerviosa y ansiosa doy algunos pasos hasta quedar a una distancia prudente, la observo esperando a que empieza hablar.
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LOS SECRETOS DE NOAH
RomanceUna frase, Peligro. Eso es todo lo que transpira Noah Dachs. Nadie se mete con él. Los chicos le temen. Las chicas lo aman. todas ellas salen rota, después de usarlas. ¿Quien es Noah Dachs? ¿Un Ángel o un Deminio? ¿O ambos?