Capítulo 1

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No a todos nos vas de maravilla en la vida.

Algunas personas como Angy York tenían todo a sus pies, chicos guapos, familia adinerada, belleza y glamour. Otras no tanto, un ejemplo, Eden Visier. Oh si, él era la prueba de lo mal que podía irte en la vida, todo lo que podía decir de él se resumía a un apellido, Los Dachs.

Ellos destruían todo. Todo lo que tocan es destruido, hasta tu dignidad. El peor error del chico fue enamorarse de un demonio, uno que no tenía corazón ni sentimientos. Que jugo sin reparo hasta dejar solo un cascarón hueco, una persona rota sin ninguna meta en la vida, sin horizonte, sin energía. Si tenías sentido de la supervivencia tener claro que por ningún motivo debías fijarte en Los Dachs, ellos no eran personas con corazones, ellos eran depredadores listos para comerte sin remordimientos. Todos aquellos con los que salían acababan rotos, si, rotos, rotos como una copa de cristal al caer de una mesa, rotos como un sobre mal abierto, rotos como lo puede estar una persona, ellos eran veneno puro. Ellos eran tóxicos en su más alto nivel de toxicidad. Y aun así... aquí estaba yo, en esa fiesta llena de drogas y alcohol y sexo.

¿Qué hacía aquí? No estaba muy segura de la respuesta. Me encontraba buscando a Emma, mi hermana mayor, necesitaba las llaves del viejo Volkswagen para sacar mi suéter mientras la esperaba afuera hasta que acabase la fiesta. La multitud era apabullante y asfixiante que es casi imposible de caminar para poder llegar a cualquier lugar de la discoteca, me sentía ansiosa, no estaba acostumbrada a ese tipo de ambiente y mucho menos a las personas. ¿Como era posible que fuera a la escuela? Pues sencillo, no interactuaba con nadie a excepción de mi hermana Emma. Desarrolle un trastorno de estrés postraumático después de lo que sucedió con nuestros padres, cinco años de entrando y saliendo del psiquiátrico no era una vida llena de rosas, era agotador y desgastante en un nivel físico y emocional.

Logre caminar entre el mar de gente que bailaban tan pegados que parecían tener sexo ahí mismo, el calor del interior se sentía asfixiante, el sudor se escurría por todo mi cuerpo de forma pegajosa, la música resonaba por toda la habitación haciendo imposible comunicarse hablando sin acabar gritando, ¿Dónde demonios se encontraba Emma? Solo había ido al baño unos buenos diez minutos para cuando regrese mi hermana ya no estaba donde la deje ¿Es posible que una persona se pierda en un rango de diez minutos? Frustrada y cansada doy vuelta hasta llegar al área del DJ para mi suerte Emma se encontraba ahí hablando con el DJ que estaba en su momento de descanso, me acercó a ella y la jalo del brazo justo en el brazalete que le había regalado nuestra madre.

— ¡Te he estado buscando! -digo exasperada- necesito las llaves del coche.

Emma rodaba los ojos mientras buscaba las llaves en uno de los bolsillos de sus Jeans negros ajustados, cuando las encontró, las sacó y me las tendió, el llavero de unos labios se movía de un lado a otro haciendo sonar las llaves, las tomó y miro al DJ para después regresar la mirada a mi hermana.

—¿Vas a tardar? -Pregunto. Emma frunce sus pobladas cejas mientras meditada una respuesta.

—En una hora. -Fue todo lo que dijo antes de girarse y seguir su coqueteo con el guapo DJ.

Bien. Iba a creerle, no estaba dispuesta a que se fuera sola a casa. Una de las dos tenía que ser la responsable, aunque fuera estúpido. Regreso por donde vine, cuando el frío del exterior golpea mi rostro y brazos un temblor me recorre el cuerpo, abrazándome misma camino hacia el estacionamiento, la oscuridad de la noche caía baja una fina capa de luz de las farolas encendidas, el cabello me cubría las frías orejas, comienza a temblarme los labios por el frío, apuró el paso hacia el viejo Volkswagen verde, meto la llave en el cerrojo y cuando la puerta se abre me lanzó directo adentro, buscó mi suéter de lana y me lo pongo enseguida, comienzo a sentir un poco de calor y suspiro.

LOS SECRETOS DE NOAHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora