La Madre

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La penumbra tenebrosa de la noche inmunda abrazaba el triste cielo deprimente de la miserable Delta City, lugar de tormentos inefables y visiones de mórbida procedencia, las personas de este poluto pueblo en su propia visión se consideran a sí mismos personas de buen proceder, pero lo cierto es... que en esta comunidad nacen los mayores monstruos de la historia, se han visto tantas atrocidades que las personas han desarrollado una amplia capacidad de digerir historias de profana procedencia como esta:

Ya era muy tarde, las calles se encontraban taciturnas y frías donde el manto de los perdidos piensan en los sucesos de un pasado encadenados a la oz de la vida, la soledad era total y una pequeña casa apenas de pie, sucia, macabra y tenebrosa una mujer lloraba, lloraba de pena y vergüenza, de incredulidad e impío dolor, a causa de verdades innegables, ella una mujer rozando los 33 años estaba de rodillas rogándole a cualquier deidad sea malvada o benevolente, sea benigna o maligna a cualquiera con poder sobrenatural le rogaba para que le dieran una respuesta a su condenado razonar

-ayudadme oh dios o dioses que habiten el horizonte más allá de este plano existencial-decía ella- no me dejen plantada en esta lúgubre visión de futuro iridiscente, Jehová, ala, buda, Azdrielmalec, dioses puros e impíos quien seas que habite el seno cenagoso de la más alta muralla o de la más pútrida fosa, os ruego ayudarme y no me toméis más el pelo, ¿a dónde están? ¡RESPONDEDME¡

Pero solo se oyó el silencio tenebroso de la noche infernal, pobre mujer, que sollozaba víctima de un pesar que no le deseo a nadie, tenía nueve hijos, todos producto de relaciones fallidas, esta pobre mujer que tomaba mala decisión tras mala decisión se veía forzada después a cargar con la semilla asquerosa de amores de una noche, pero aun así tenía la facultad de amar a todos y cada uno de sus niños ya que eran lo único que poseía ella, el mayor de ellos tenía doce años y era el más responsable, era el que contralaba a los más pequeños y el que cuidaba de pobre mujer en momentos de debilidad física o emocional

La mujer no trabajaba, debido a su ultimo hijo de no más de 2 años, hijo de un alcohólico vecino quien de vez en cuando frecuentaba a la mujer en tiempos de desahogo sexual, quien al nacer le ocupo el tiempo provocando su despido en una de las muchas fábricas textiles de la ciudad, ninguna de su ex parejas la ayudaban con nada, estaba sola y desvalida con sus pequeños, ella los enviaba a mendigar para que trajesen un poco de comida a su estómagos y ligeros ingresos para el hogar, el mayor trabajaba limpiando el frente de una tienda, la mujer caminaba por la ciudad y frecuentaba los botes de basura de los restaurantes en busca de sobras semi-podridas de alimentos que aun puedan ser comestibles, eso era o que cenaban en su casa, orillas de pan, lechuga seca, manzanas y bananas aporreadas, latas de jugo o refresco medio sorbidas, basura eso era lo que comían y eso es lo que eran

Después de todo lo mencionado pensaras que su vida en si misma ya es un compendio de tragedias de un color sombrío, si pero todavía pueden agregarse más ya que nuestra pobre protagonista se encuentra esperando dar a luz a un pequeño bebe, la mujer se encontraba embarazada pero esta vez no fue a causa de una de sus aventuras de media noche, ni mucho menos del asqueroso cerdo saldista ávido de sexo que era su vecino, esta vez ese pequeño feto era fruto de algo más profano

Era una madrugada de terror gélido, frio apuñalador y uno de sus hijos menor de apenas 5 años se encontraba sufriendo un episodio de gripe y fiebre infernal, su cuerpo convulsionaba y sus ojos se dilataban y ponían blanquecinos, frente caliente y manos heladas, la mujer lloraba ya que no podía hacer más nada que darle una simple medicación que para nada serbia, el hospital estaba muy lejos el chico moriría antes de llegar hasta el, es por eso que en ese momento la mujer como al principio de nuestro relato bajo el rostro al suelo sucio de su miserable vivienda y comenzó a rogar a todos los dioses, deidades y seres superiores de todos los rincones profanos del multiverso oscuro, ahí llorando dios se mostró como un sordo e indiferente maestro, ella rogaba pero era como gritarle a un árbol para que diese su ingrato y amargo fruto de orbe asquerosa, en ese momento se escuchó una voz:

Velo de cilicioWhere stories live. Discover now