Santa's Little Helper

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Esta adaptación sólo cuenta con dos capítulos, espero les guste.

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Jennie dio varias vueltas a la caja mientras se mordía el labio. El detestable ruido de risas provenientes de abajo se colaba en su habitación junto con débil murmullo de los villancicos, pero la rubia cerraba los ojos e intentaba apartarlos de su mente.

La fiesta anual de Noche buena que sus padres celebraban cada año le había hecho retirarse en el santuario de su habitación para evitar tener otra conversación con alguna de las amigas borrachas de su madre o alguno de los asquerosos compañeros de trabajo de su padre.

Pero en realidad, si era honesta consigo misma, el retiro tenía que ver más con el regalo en sus manos que por otra cosa.

Esa misma mañana en la escuela, los miembros de Dream High habían intercambiado los regalos del amigo invisible. Jennie había recibido una preciosa bufanda color crema que Seulgi había tejido. La morena estaba bastante contenta con su regalo – y el hecho de que Seulgi hubiese sido su amigo invisible – y estaba agradecida por cómo había ido la reunión del Glee ese día. Y luego… apareció Lalisa Manoban.

Por cualquier razón, la Thai Princess pensó que era una buena idea darle a todo el mundo un regalo, aunque la rubia tan solo tenía que hacerle un regalo a Solar. Jennie asumió que Lisa estaba aburrida – ahora que Namjoon  había roto con ella – y ahora la rubia tenía un montón de tiempo en sus manos. O quizá la diva necesitaba una excusa para darle a su ex novio un regalo y pensó que si compraba algo para todo el mundo, Namjoon tendría que haber aceptado el regalo de Lisa. Quizá Lisa era solamente generosa. Bueno… por cualquier razón, la Thai lo hizo.

Todo el mundo estaba bastante asombrado por el gesto de Lisa – especialmente desde que el amigo invisible de Lisa no le había dado ningún regalo. Y para hacerlo peor, cada regalo de Lisa había dado en el clavo. Cada uno de ellos encajaba con la persona a la que era entregado el regalo como si la morena los conociera a todos muy bien. Ése hecho era la razón por la cual Jennie aún no había abierto el suyo. En realidad era un poco raro, pensó la morena, que aún no hubiese desenvuelto el regalo. En lugar de eso, seguía mirándolo… o sosteniéndolo… Sacudiéndolo como si le susurrara lo que había dentro o quizá le diese pistas de la sorpresa que había dentro.

Jennie no quiso abrir el regalo delante del grupo y evitar la vergüenza de Lisa – los motivos son desconocidos – y por suerte, había sido librada de revelar lo que había dentro porque Yang había aparecido de repente en la sala del coro, doblándose, sudando y extremadamente sin aliento. Aparentemente, el cuarteto de cuerda que había contratado para actuar en la asamblea de la escuela estaba atascado en Cincinnati a causa de la nieve. Prácticamente rogó al para que el Glee club actuara, y Jennie por un momento pensó que su profesor declinaría la oferta por el hecho de que Glee no fue tomada en consideración en primer lugar. Pero obviamente, Teddy aceptó – a pesar de los murmullos de los chicos y los recordatorios de la debacle de villancicos que tuvieron a principio de semana – y todo el mundo fue rápidamente lanzado en un torbellino de repaso de villancicos y canciones navideñas y unas cuantas que Teddy quería probar con esperanzas de que la escuela sería un poco más receptiva.

No lo fue.

Aunque Jennie le gustó totalmente el mash-up de Deck the Rooftop y el homenaje a Jingle Bells que ideó Teddy, la audiencia no les prestaba demasiada atención. Ninguno de ellos les había lanzado nada aún, pero los boo's se podían escuchar y todo el mundo estaba hablando y ignorando su actuación. Eso fue hasta que apareció Lisa.

Nunca fue planeado que la rubia cantara un solo, pero Lisa debió notar que la situación necesitaba algo. Así que con una rápida frase a Brad y a los chicos de la banda, Lisa dio un paso adelante en el escenario mientras las notas de O Holy Night empezaron a sonar. Los otros miembros del coro no sabían qué hacer. No habían practicado la canción y no se conocían muy bien la letra. Menos Jennie. Esa era su canción favorita. Pero no sabía qué hacer, como el resto de sus compañeros y Teddy no era de gran ayuda – ojos abiertos como platos y pasándose la mano por el pelo mientras veía a la Thai tomar su lugar.