Único capítulo

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Recuerdo que viajar en mi bicicleta era mi objetivo para llegar hacia aquel parque en donde encontré mi verdadera felicidad, atravesar la ciudad entera para repartir la felicidad de amar, pero hoy no fue ese día, doce rojas rosas para cualquier afortunado y sin duda fuiste tú. Una fue la motivación de una pareja de 20 años que aun conservaban su momento como la primera vez y luego tu que sin querer llegaste a mí con una hermosa sonrisa mientras que en tu cuello colgaba una preciosa medalla de oro.

-Hola ¿te acuerdas de mí?

-Claro que sí, tropecé contigo no hace mucho, para ser honestos tres meses.

-Tienes razón, fue mi culpa que esa pobre rosa quedara destruida

-No tenías que comprarla, me sentí culpable por haberte vendido algo que no valía la pena pagar.

-Te equivocas... para mí era valiosa, se convirtió en mi amuleto de la buena suerte ya que gracias a ello yo soy un campeón mundial.

-Entonces no debo sentirme culpable ya que te hizo un campeón mundial.

No podía creer lo que había hecho, este chico era un jugador profesional y ahora campeón mundial ¿solo por una rosa? Me sorprende este hecho...

-Gracias a ti, he conocido lo que nunca pensé encontrar, un mapa para atravesar mi mar de soledad- no entendía por qué de tanto agradecimiento, sabía que no era para tanto, pero lo deje hablar porque su sonrisa me enloquecía - por esa razón vengo hoy a darte las gracias por una casi marchita rosa que por accidente arruine, pero gracias a ello encontré a mi amuleto de la buena suerte, mi prometida en la estación de tren.

-¿Tu prometida? - ¿en qué momento los planetas se desacomodaron? No era un chiste pues emocionado estaba y no quería arruinar su felicidad.

-Si, ese mismo día la conocí. Ella lloraba desconsoladamente, alguien le rompió el corazón y yo le entregue el mío por medio de dicha rosa.

-Pues ¡que tierno! Me alegro escuchar esta historia tan romántica y espero que la hagas muy feliz regalándole todo tu corazón. Por mi parte me gustaría que tú le entregaras esta rosa que es la mejor que tengo y no está dañada. Acéptala por favor.

-Gracias, pero no puedo pagártela, yo....

-No quiero que la pagues, es mi felicitación por dicho compromiso. Yo deseo desde lo más profundo de mi corazón tu felicidad y la de ella, acéptala por favor.

-No sé cómo agradecer este gesto, pero gracias.

-No fue nada - claro que lo fue, pensé... claro, yo pensé que él...

-Nos vemos y gracias nuevamente


De la nada tome mi bicicleta y me aleje con diez rosas regalando la más hermosa que tenía, sé que aprendí, sé que no volverá a pasar, sé que todos los días no son brillantes, pues conocí a un ángel enamorado de una chica afortunada que solo me regalo una cálida sonrisa. Ahora tomare un nuevo camino y sonreiré otra vez con la misma fuerza del cual lloro porque nunca tu y yo estaremos juntos, esto es un hecho.
Sé que talvez camine solitario por esas ajetreadas calles de Tokio y sé que me sonreirá y seré yo la afortunada de ver una rosa marchita para mí, ese será mi Shun.

Captain Tsubasa: Se dijo llamar Shun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora