—¡Oye, Fugo!— El grito de Narancia lo sacó del trance que tenía — ¡¿Pude hacerlo bien?!—
Levantando nuevamente la hoja de cuaderno, Narancia suplicaba que está vez, pudiera hacer ese ejercicio bien. No quería un tenedor en su mejilla, no de nuevo.
Fugo lo miró con una sonrisa. Tomando el papel de cuaderno, sus labios hicieron una fina línea.
Sin poder evitarlo, los ojos de Fugo se llenaron de lágrimas, muchas veces había soñado eso; Narancia poco a poco podía superarse.
La razón de ser tan duro con él, era esa. Quería que Narancia no dependiera de nadie.
Confiaba plenamente en Narancia, así que podía decir, que algún día esa multiplicación podría hacerla.
Ese día, por fin llegó.
—Narancia— Pasados algunos segundos, Fugo finalmente habló. — ¿Quieres algo?, Yo invito.—
Fugo le mostró una sonrisa amable, Narancia -quien se le olvidó el tema por la invitación- soltó una carcajada de felicidad.
—¡¿Puede ser lo que sea?! —
—Claro que si— Fugo aún tenía esa sonrisa. El orgullo era tanto.
—¡Genial!, ¡Entonces quiero una pizza!—
—Ests bien, vamos — Empezó a caminar, dando a entender que lo siguiera.
—¡Ya voy!—
—Estoy muy orgulloso de ti, Narancia. Sabía que podías hacerlo bien — Expresaba lo que sentía, le hablaría a los demás, para demostrarles que su esfuerzo no fue en vano. Que aunque ellos no confiaran en Narancia, él si lo hizo, y ahora podría hecharcelos en cara. — Dime, ¿Solo vas a querer la pizza?—
Al no recibir respuesta, se dió la vuelta.
Su cara cambio a una perturbada.
Narancia, quien hace unos segundo estaba a su lado, se encontraba tirado en el piso. Tenía al rededor de cinco agujeros en el cuerpo. Apenas estaba conciente.
—Lo lamento, Fugo— Narancia lo miraba directo a los ojos, se le veía arrepentido —Lamento no haber podido resolverlo, lamento no haber podido regresar, lamento no poder seguir estudiando, lamento haberte dejado—
Las palabras de Narancia lo tenían confundido, ¿De qué hablaba?. Lo había resuelto, había regresado, no lo dejo. Estaba con él.
—En verdad...— La voz le salía entrecortada. Mucha sangre salía de su boca — Lamento decepcionarte —
—¡Narancia!— Sus ojos se abrieron de golpe, su respiración era pesada.
Al darse cuenta que todo fue un sueño, lágrimas bajaron por su rostro. Otra vez había tenido ese sueño.
No debería dejarse llevar, sin embargo. Se permitiría llorar por aquel amor jamás confesado. Se permitiría llorar, por aquel a quien salvó, pero que también, lo llevó a su muerte.
Fin.
Bien, he aquí un Narancia x Fugo mal hecho.
A decir verdad, me gusta mucho esta pareja. He visto pocas cosas relacionadas con esto.
Me despido, gracias por su atención.
Volveré...
