- Hola A-Cheng – Lan Xichen se acercó a él tomándolo de la cintura y dándole su suave beso en los labios – que bueno que ya llegaste, vamos. – Lo tomó de la mano mientras entraban a su apartamento.
- Perdona por llegar tarde, no podía terminar unas cosas en el club. – Dijo mientras se quitaba la mochila y la colocaba cerca de la entrada.
- No te preocupes, yo también he estado algo atrasado, por lo que tendrás que esperar a que termine de cocinar, ve a la sala y elige alguna película bebé. – el mayor le dio un beso en la frente, y sin poder hacer nada más que sonrojarse, Jiang Cheng se cruzó de brazos.
- ...Bueno – hizo un puchero, no le gustaban los motes cariñosos pero el hecho de que su novio lo mimara lo desarmaba por completo.
Escuchó como Xichen se reía nerviosamente por su adorable sonrojo mientras se dirigía a la cocina. Resignado, fue a la sala y se sentó en el sofá, encendiendo la televisión junto con el reproductor Blu-ray, iniciando sesión en la cuenta de Disney+.
La verdad era que todas esas películas las había visto un millón de veces desde niño, más ahora que su sobrino de dos años las entendía. Además, tanto él como Lan Xichen, eran verdaderos fanáticos de la magia Disney. Había momentos en los que incluso pensaba que su novio era un personaje sacado de una de ellas, amable, atento, con una sonrisa encantadora, un verdadero príncipe de cuento de hadas, se preguntaba cómo es que tenía la suerte de estar saliendo con él por dos años.
Siguió cambiando entre películas.
"Ya vimos Aladdin la semana pasada... El jorobado de Notre Dame... mmm, no quiero enojarme con Claude Frollo... Enredados... hoy no..."
Se acomodó mejor en el sofá revisando todas las películas.
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No supo en qué momento se quedó dormido, pero cuando sintió que algo movía su pie despertó extrañado. Se froto la cara mientras miraba a su alrededor, la televisión estaba apagada, las luces tenues y ni un solo sonido alrededor. Estaba solo.
- ¿A-Huan? - llamó a su novio en voz alta - ¿Lan Huan? – Se levantó del sofá y fue en dirección a la cocina. No había nadie. El fuego en la estufa estaba apagado, y las verduras se encontraban picadas en la mesa, pero no había rastro de su novio ahí. Salió de la cocina y se dirigió al baño.
- ¿Huan, estás ahí? – Preguntó tocando la puerta. No hubo respuesta.
- "Vamos tarde, deja de hacer el tonto" – Escuchó una voz apática detrás de él.
- ¿Quién dijo eso? – Se giró rápidamente, no había nadie a su espalda – debo estar volviéndome loco...
- "Siempre he creído que lo estás" – La voz habló de nuevo, esta vez Jiang Cheng fue capaz de ver a quien pertenecía.
Frente a él en el suelo y en medio del pasillo, estaba un conejo blanco con una cinta en la frente y una pequeña túnica azul parado en dos patas, quien al momento de hacer contacto visual giro la cabeza a un costado.
- "¿Qué me ves?, ¿jamás habías visto un conejo parlante?" – sus pequeñas y suaves patas blancas se colocaron en lo que Jiang Cheng suponía era su cintura.
- E-estás... hablando. – La voz del chico salió temblorosa entre sus labios a causa de la sorpresa. - ¡¿Qué diablos eres?! – Sacó su celular del bolsillo y se lo lanzó.
- "Oye, más cuidado niño" – dijo evitando el aparato con un salto – "deja de actuar como si no me conocieras, soy Esponjocito"
- Eso puedo verlo. – Jiang Cheng miró sus patas peludas y sus orejas esponjosas.
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Salvando al príncipe
أدب الهواةLo que parecía ser una tranquila tarde de películas con su novio, se volvió en una aventura un tanto extraña para Jiang Cheng. ¿En que momento su misión era besar a su novio para librarlo de un hechizo? Y ¡¿Porque diablos ese conejo hablaba?! Histor...