Uragirimono || Shin Soukoku

Confesión

Capitulo 1. Confesión

Kunikida estaba frente a Atsushi quien se encontraba sentado, piernas juntas, manos en la rodilla y cabeza bajo pero atento – recuerda todo lo que te enseñe

― Si Kunikida-san

― Jamás te rindas

― Si, Kunikida-san

― Vuelve con vida

― Si, Kunikida-san – sonrió el albino – confió que no lo hará

Atsushi se levantó, la agencia entera suspiro y sonrió después de eso, Dazai le esperaba al final del pasillo – Dazai-san ¿ira?

― No, solo quería decirte algo Atsushi-kun

― ¿si?

― Acepta lo que tenga que pasar, estoy seguro que será lo que esperas

Atsushi sonrió – confió en él... hemos pasado por mucho estos seis meses

― Confió en que será así Atsushi-kun

― Dazai-san

― ¿si?

― Si logra hacerlo...

― ¿si?

― Quiero decirle algo importante

― Dime Atsushi-kun

― Si no lo logró, si termina todo hoy... Dazai, quiero confesarle que sinceramente yo...

...

Atsushi había llegado a la bahía en una zona abandonada, allí fue cuando lo vio, serio como siempre, el perro de la mafia le esperaba – llegas a tiempo Jinko – hablo tan frio como siempre

― No quería retrasar esto – dijo Atsushi serio

― Nuestro trato de seis meses termina hoy, así como tu vida

Atsushi suspiro - comprendo – bajo su mirada, junto sus manos a su boca y casi en un susurro pidió - tigre... por favor

― ¡Rashoumon!

Ambos chicos eran más agiles, rápidos, el agente se dedicó a esquivar al mafioso, lograba ser tocado de vez en cuando pero ahora Atsushi era completamente un nuevo tigre... pero no un nuevo chico, Atsushi seguía siendo torpe y confianzudo, creía a ver terminado, iba a acercarse a Akutagawa para terminar todo de una vez, pero su tobillo fue tomado, Rashoumon mostro una nueva forma al envolverlo por completo, Atsushi ya no tenía piel, era tela de Rashoumon, con la misma fuerza con la que fue atrapado, fue arrastrado hasta Akutagawa, el albino cerro sus ojos fuerte, sabía que el mafioso podría matarlo pero los abrió una vez más quería verlo una última vez

Akutagawa fijo su mirada en los ojos del albino, tan brillantes y llenos de vida, así que, así de simple los cerró y el albino pudo ver perfectamente, Akutagawa le había besado, algo que sorprendió demasiado a Atsushi. Lo separo ligeramente y vio una ligera sonrisa en Akutagawa – por fin te dejaste atrapar, te has vuelto muy rápido, estúpido Jinko

― A-Akutagawa ¿tú...?

― Estoy... - tocio ligeramente – enamorado de ti

― ¿po-por qué?

― Dazai-san me sugirió hacerlo hoy – menciono y Atsushi comenzó a reír - ¿te burlas de mí?

― No – dijo entre risas – Ryunosuke, yo también... estoy enamorado de ti