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Tras darle un par de vueltas al asunto, continuo caminando. Una hora más paso y se llevo una amarga sorpresa al percatarse de que solamente estaba caminando en círculos, la razón?, fácil.
En el transcurso de las tres horas pasadas, siempre llegaba al mismo lugar, al inicio, como comenzó a llamar a esa maldita vela que antes había captado su atención.
......
Ya con la esperanza de encontrar una salida por los suelos, cayo de rodillas mientras leves sollozos se escapaban sin permiso de su boca.
Sus lágrimas comenzaban a caer con lentitud, mientras continuaba preguntándose múltiples cosas.
¿Que hacía ahí?, ¿como llegó ahí?, ¿porque no había nadie más?.
......
Luego de tranquilizarse un poco, observo con despreció la pequeña vela que yacía frente ella.
-Condenada vela - escupió con repulsión total la joven.
La fémina tomó la vela entre sus manos con un ferviente enojo en sus ojos, a lo que se dispuso a soplar.
Primero fueron pequeños soplidos, que luego de un tiempo se convirtieron en ráfagas pequeñas de viento. La joven observo con rabia como el fuego de la vela, aun entre sus manos, no se apago en ningún momento, causando que su enojo aumentara, secándola por un momento y evitando así que se percatase de que no se quedo sin aire en ese periodo de tiempo. Y al momento de darse cuenta, sintió como en cualquier momento se volvería loca, trató de encontrar nuevamente una explicación lógica y a lo único que llego fue que podría estar en un sueño, aunque retractando se luego, en una pesadilla.

MorfeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora