Capítulo Tres: El Crédulo y la Psíquica

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—Muy bien, bájalo con cuidado Carl, ya es la ultima mesa y no quiero que abuelita linda se enoje con nosotros – Menciona un joven de dieciocho años.

—Si, si, si... ya te escuché CJ, pero oye al menos por fin podremos descansar – Le responde Carl, mientras trataba de mantenerse en pie y seguir bajando la ultima mesa de la camioneta.

Ambos ya se encontraban bastante cansados, el sudor recorría sus cuellos como si estuvieran expuestos a una soleada tarde de verano y lo único que pedían era caer rendidos en sus camas, el cansancio comenzaba a consumir a Carl y en un descuido dejo caer de más el peso de la mesa en su hermano.

—¡Menso! Sujétala bien, te prometo que te dejare dirigir la bodega por una semana, pero terminemos esto, por favor – Replica CJ a Carl.

—¡Lo siento hermano! Pero ya no aguanto más... - Carl cierra los ojos, respira profundamente y dice – De acuerdo, tu agárrala bien, voy a dar un brinco. –

—¿Estas seguro de eso? – Cuestiona CJ.

—La verdad... no, pero ya solo quiero acabar - Responde Carl, CJ sujeta con firmeza la mesa y le asiente a Carl para que realice su juagada, este a su vez responde con la cabeza, comienza a flexionar sus piernas y se impulsa al lado izquierdo de la camioneta cayendo sobre la dura banqueta con algo de dolor en sus talones —Uff, creí que no la contaba – Menciona Carl de manera relajada.

—Si, sude frio por un momento – Dice CJ de manera sarcástica.

—¡Ey! Estas son de esas historias que le contaremos a nuestros nietos, no te burles – Comenta Carl.

—Sí lo que digas, pero ahorita no creo que le podamos contar a más que a... - Ve a dos personas que se acercan a hacia ellos y dice de manera alegre —¡Lori! –

—¿Eh? – Responde un confundido Carl.

—¡Lori! – Vuelve a decir CJ.

—No... no entiendo CJ, no creo que a Lori le intere... - Es interrumpido por Lori que había llegado junto a Rosa – Hola chicos ¿cómo ha estado? –

Carl se voltea rápidamente, dejando caer las patas de la mesa — ¡Oh! Mi tigresa, al fin mis ojos tienen el placer de verte de nuevo... - pero al verla detenidamente - espera... ¿eres tú?... ¿Qué le paso a tus hermosos risos de oro? – Pregunta un tanto decepcionado, pero no obtiene respuesta, pues su abuela le acaba de dar un golpe en la cabeza — ¡Auu! Abue ¡¿por qué hiciste eso?! – Cuestiona Carl sobándose la cabeza.

—Eso te ganas por dejar caer mi preciada mesa, esa mesa tiene más años que tu y yo juntos, y sigue aun en buenas condiciones, por lo que, prefiero conservarla así, ahora, vayan a llevar la mesa al centro, Lori y yo, nos llevaremos las más pequeñas y luego vuelven por las dos medianas. – Ordena Rosa de manera calmada, mientras que Lori solo podía reír ante tal escena que acaba de pasar frente a ella.

Ambos jóvenes asienten y sin decir más, toman suficiente aire, levantan la mesa y comienzan a caminar, mientras Lori toma una de las mesas despegables junto a Rosa y parten hacia el centro del parque.

Lori para romper el hielo en ese momento —Es admirable ver como CJ tomo las riendas del negocio, ¿no crees Tita? –

—Vaya que sí, luego de que el señor Chang tuviera la idea de abrir otra bodega aquí en Royal Woods y que Bobby decidiera dirigirla, CJ fue el primero decir "Yo lo hago", y no es por menos, Héctor ya no se encuentra en la mismas condiciones que antes, así que, fue un regalo caído del cielo, por cierto, no había tenido la oportunidad de comentarte, pero tenemos la idea de convertir la bodega en una franquicia – Comenta Rosa con cierto orgullo.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2019 ⏰

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iLoud: Mi hermana es un zombiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora