Midoriya tiene un fuerte crush hacia Todoroki después de que este le salvará hace un tiempo.
Una confesión será suficiente para acabar con su angustia pero por un pequeño error terminaría proponiendole un trato.
¡Los papeles se invierten! ¿¡Midoriya...
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"Siempre habrá un te quiero en cada una de las sonrisas"
La mañana era fría pero extrañamente se sentía cálido para Shoto, la conversación que tuvo con el pequeño pecoso al terminar su cita, aquello había sido realmente bueno para él. Se sentía libre o eso pensó.
Midoriya era la primera persona a quien le había contado sobre su relación con Inasa. A pesar de creer que hacerlo le quitaría un peso de encima, lo cual no ocurrió, se sintió fatal cuando vio el rostro del pequeño pecoso, los ojos de Izuku reflejaban tristeza mientras poco a poco pequeñas lágrimas empezaban a resbalar de sus ojos y eso le dolió más de lo que hubiera imaginado.
Era extraño, sí Shoto no sentía nada por él entonces ¿Por qué le dolió tanto ver llorar a Izuku? ¿Por qué cuando Hawks se acercó al pecoso el inmediatamente quiso alejarlo?
Había tantas preguntas que tenía, tantas dudas y sentimientos encontrados que cerebro sentía estallar, suspiro aún cansado por la falta de sueño.
Salió de casa encontrando cerca de la puerta una pequeña invitación, lo sujeto temblando un poco ante la razón de aquella carta.
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-Deku-kun perdoname, nunca creí que Iida haría algo así -se disculpo la castaña al ver el rostro de su cansado amigo.
-No te disculpes-pronunció sonriendo levemente -Mientras Todoroki-kun sea feliz yo también.....
-Ya, si es así entonces ¿Por qué lloras?
Pronuncio Uraraka viendo cómo las ojeras de su amigo eran mojados por sus lágrimas.
-Es fácil decirlo pero... P-pero duele, se que es egoísta de mi parte desear ser el primer chico en la vida de Todoroki-kun aun así....
-Ya, tranquilo Deku-kun nada esta perdido solo diste el primer paso para conquistar a Todoriko.
-Lo sé -sonrió un poco ante el apodo, se limpio las lágrimas y golpeó con ambas manos su rostro -Debo aguantar, Todoroki-kun me ayudó y yo quiero devolverle el favor.
Pronunció decidido cuando sus otras dos amigas se acercaron, después de todo aquel show estaba sucediendo en pleno salón de clases, aún que la mayoría de sus compañeros estaban acostumbrados a los shows de ese grupo.
-¡Maldición son demasiado ruidosos! -gruñó Bakugo desde su asiento.
