PutoAdn

Capítulo 2

Capítulo 2: El PutoAdn

Pervertido siempre he sido, el ADN de la puteria ha estado en mi desde siempre, recuerdo que muy pequeño se me paró el G**** y en esa oportunidad le dije a una tía "Dame la C***", tenía unos 6 años mas o menos no recuerdo con exactitud. Por esa misma edad tuve mi primer beso, fue con una mujer mayor, ella tenia unos 25 años quizás más, puedo describir u poquito el escenario:

Era de noche y estábamos frente a mi casa, mis padres estaban allí, se festejaba navidad, había alcohol, comida, niños corriendo y jugando por toda la calle, los sonidos de los fuegos artificiales característicos de la fecha estaban por doquier.

Recuerdo que la mujer me besó como si fuese un hombre adulto, como si fuese el hombre que necesitaba ese beso pervertido, como si fuese este momento donde teniendo esta experiencia sexual y mis gustos sabría a como actuar ante ese beso, al concluir ese beso estaba un poco desorientado, apenado, como dije mis padres estaban allí y bueno ni pendiente, no era algo para hacer drama que en la actualidad con tanta dosis de red social de seguro hasta lo llevan a un tribunal (no justifico el hecho de que gente mayor abuse de menores que no se confunda esto Ok).

Fui afortunado en tener muchos juguetes, lo interesante es que entre tantos juguetes tenía una Gatubela, era como un adornito para carro, con una pose que asemejaba escalando con una cuerda (por qué si tenía esa cuerda), vestida con su traje negro de cuero igual que en la película de Batman, para mí era una dominante y cuando vi mi primera película BDSM sencillamente sonreía recordándole. Gatubela era un juguete para muchos, para mí era una herramienta sexual, la razón es porque la gatita siempre terminaba siendo cogida por todos mis juguetes en un gigantesco Gang-Bang, y adivinen quien la cogía también?, Pues si yo también la cogía, la colocaba de espalda, de frente, mi G**** estaba por todo el cuerpo de ese pequeño juguete y obvió que también debía darme sexo oral o como me gusta decirlo ADORABA PONERLA A MAMAR, de seguro tenía una manera distinta de jugar al promedio.

Otra tía (llamémosla Deseo) era un exponente sexual, en aquel entonces tenía un burdel, todos la adoraban, no sé si era por lo sexual o por qué tenía dinero. Deseo siempre fue un ejemplo para mí en el ámbito sexual ya que tenía ese poder y control sobre muchos, Deseo siempre andaba cazando mujeres para llevarlas a su negocio, en uno de sus viajes visitó mi casa y tenía a una de esas prospectos, fue a uno de los cuartos a probarse la ropa íntima que usaría para hacer sus shows (presentaciones especiales de bailes o trucos sexuales como: la cuca escupe hielo o la cuca que fumaba), yo inocente de todo me llamaron para que la viera desnuda y bueno fui a ver. Recuerdo que era de piel blanca con su lencería negra bien erótica, era una malla transparente, vi sus t***s, eran grandes, un buen volumen y no estaban caídas, vi sus caderas y en ese instante me recordó mucho a esas historietas sexuales donde las mujeres eran bien piernonas, caderonas, nalgonas, vi su C*** depilada a lo lejos, no puedo hablar de su forma y color ya que su entrepierna no la abrió, de alguna manera creo que ese es el por qué adoro tanto la lencería negra y las pieles blancas, Ver a una caballota a temprana edad causa un impacto en la vida. (ojo no soy racista, solo fue un gusto que nació desde ese día). Haría un libro aparte hablando de todas las cosas que me inspiro y me hizo vivir Deseo, por ahora lo dejaré a un lado.

Eventualmente llegaba de visita a mi casa una niña, era un poco mayor que yo, y pudiéramos decir que con un poco mas de experiencia en todo, no había atracción física, ni siquiera gusto de niños o algo similar, en sí absolutamente nada, pero es quién creó pudo darme mi primera lección. Cómo ella dormía en la casa era inevitable no jugar en ocasiones, igual yo estudiaba y ella en ese momento no tuvo la suerte de hacerlo, solo podíamos coincidir en momentos exactos, un día llegó uno de esos momentos, era de noche estábamos en un garaje, había un Jeep azul de esos Renegado, no recuerdo exactamente de qué hablábamos pero una de las cosas que jamás olvidaré es esta parte: