𝟬𝟱: O yo te odiare, aunque siempre te amaré

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25 de noviembre del 2020

Arroje mi celular con impotencia al suelo, este termino hecho añicos por completo.

Pero daba igual, mi madre compraría otro para mi al ver que no contestaba sus malditas llamadas.

Mi padre seguiría en alguna parte de Taiwán haciendo de las suyas para mantenerse oculto de mi madre y al mismo tiempo seguir jugando en el mundo de la mafia.

Mi hermano que se ha de encontrar en alguna otra parte del jodido mundo, buscandonos a Tzuyu y a mi... seguira angustiado.

Mi hermana continuaria en la casa de su amiga, también alejándose de mi supuesta madre.

Y yo... seguiria aquí, en mi habitación, simulando que todo está bien.

Que mi familia no es una mierda.

Que mi ex novia solo me utilizó.

Y que mi supuesta suerte algun día se dignara a aparecer permitiendome ir en paz de una maldita vez.

Me levante y corri al baño a vomitar, las náuseas me habían estado invadiendo desde hace días.

Pero, no podía vomitar, no tenía nada en mi estomago y ya mi cuerpo se rehusaba a mínimo liberar el flujo intestinal que en este caso debería vomitar.

Y recargada en el escusado, volví a llorar a mares.

¿Qué mierda había hecho mal?

¿Por qué el amor se fue?

¿Por qué ella me uso?

¿Por qué no podía ser feliz?

No lo sabía, y dudo poder saberlo pronto.

Me recosté a los minutos en el suelo del baño observando el techo, pensando en mi vida.

Y llegando a la conclusión de que en verdad odio a SooJin.

La odio.

Odio su sonrisa.

Odio su belleza.

Odio sus besos.

Odio sus muestras de afecto.

Odio su voz angelical.

Odio su personalidad carismática.

Y lo que más odio es el hecho de que me enamoró en un instante.

- Te prometí nunca llorar - rei con amargura a la nada - pero, ¿planeabas que riera al final de esta comedia trágica?, Por Dios Seo SooJin, no me jodas... - mi memoria empezó a reproducir cada momento junto a ella rápidamente, mientras sentía cada vez mas pesados mis párpados - si solo venias a joder para reírte un fin de semana con tus amigas... mínimo me hubieras mantenido un mes más en tu mentira, así me habría ido en paz.

Y al final observe el frasco de las pastillas que hace unos minutos ingeri, antes de hablar con ella por última vez y antes de darme cuenta de que era bueno respondiendo entre un polvo con Hui.

Para muchos el primer amor es el que marca su vida entera.

Para mí... así fue, ni mi madre, mi padre, o hermanos pudieron ser algo importante en mi vida.

Mis amigos... Nunca existieron, simplemente no los tuve, todos eran conocidos o interesados.

Mis piernas mejoraron, pero anhelaba que también mi vida lo hiciera.

Que al igual que pude empezar a caminar con normalidad, la memoria de SooJin regresará.

Al menos deseaba en verdad que mi familia y SooJin me amarán por una vez para así poder irme en paz.

Pero en cambio, solo me llevo mi alma en pedazos.

Porque el único pegamento que hay para ella tiene nombre y apellido.

Y odio eso.

En verdad odio y odiare a Seo SooJin.

Pero al mismo tiempo la seguía amando.

Y la seguiré amando.

- Solo di que si... O no, solo di que en verdad jugabas, pero, admite de una vez por favor... Lo mucho que me amaste - susurré aferrándome a la nota que siempre llevaba conmigo en mi final.

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