IV. Mᴀʟᴅɪᴛᴏ ᴅᴇsᴛɪɴᴏ Pᴀʀᴛ I

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Los siguientes días a mi ingreso en la academia debo admitir que o fueron nada tranquilos, como podía ser compañera del extraño que sin faltar espiaba mi casa todos los días. Evitar contacto de todo tipo con él fue lo que decidí hacer, aunque para mi sorpresa el parecía no saber que era la dueña de dicha casa o simplemente no le importaba. Su comportamiento era normal, como si no existiera, lo que generaba sentimientos encontrados en mí. Por una parte, me sentía tranquila, ya que si me ignoraba era porque no tenía ningún interés en mi realmente, pero por otra me enfada demasiado el escaro que mantenía sin decirme cuales eran sus intenciones al pasar todas las tardes junto al árbol en la puerta de mi casa.


Hasta aquel jueves, era un día lluvioso y ventoso, no habíamos tenia clases ese día ya que había una reunión importante en la academia. Mi padre creyó que era el momento y el clima perfecto para llevarme a conocer a uno de sus mejores amigos y compañeros de trabajo en la empresa. Rápidamente después de pasarme el día ilustrando una imagen bastante rara que apareció en mis sueños, me vestí y ambos subimos al auto dirigiéndonos a la casa de la familia Bush.


—Espero que sepas comportarte Evie, es una persona muy importante y un buen amigo, trata de dar una buena impresión —expreso en un tono suave y tranquilo, aunque yo sabía que si intentaba desobedecer, me caería un castigo bastante grande.


—Bien, Bien... entendido jefe, nada de malos modales, aunque de hecho no sé porque lo dices, soy todo un ángel. —sonreí ampliamente y con un notorio sarcasmo en mi rostro mientras miraba a mi padre pestañando como toda niña inocente y coqueta, algo que claramente no era.


Después de varios minutos viajando por fin llegamos a la casa de dicho amigo, el auto se detuvo frente a una casa tradicional inglesa, bastante grande para ser él y su hijo, si claramente me había informado un poco sobre su amigo antes de que me llevara a conocerlo y sinceramente no me importaba mucho, pero a mi padre parecía urgirle que conociera a este hombre.
Mi padre se adelantó unos pasos por delante mío y al llegar frente a la puerta toco el timbre dos veces a los pocos segundos me acerque a él alisando mi vestido y acomode bien mi cabello. Después de unos segundos escuchando la madera crujir al compás de unos pasos, la puerta se abrió dejando ver a un hombre alto de ojos color celestes adornados con unos anteojos redondos, bastante caballero.


—¡Joseph, amigo mío!, ¿cómo estás? Pasa por favor, tú también Evangeline. — una sonrisa se formó en los labios de aquel hombre al mismo tiempo que se hacía a un lado dejando lugar para que ambos pasáramos a su casa. Mi padre se movía como pez en el agua y contrario del yo me sentía demasiado incomoda, mientras mi padre se acomodaba en el sofá, yo lo miraba con un poco de vergüenza ajena en el rostro, pesando: "luego me pide a mí que me comporte...".


Después de una mirada retadora hacia mi padre, me dedique a recorrer la casa escuchando a los dos hombres hablar del nuevo proyecto que estaban armando en logovian y de lo grande que estaba desde la última vez que me había visto. En mi exploración, atravela cocina y Salí hacia el enorme jardín que se encontraba pasando aquel umbral. Hacía pocos minutos que había parado de llover y se podía apreciar perfectamente el olor a tierra mojada, sonreí alegre de poder disfrutar de aquel clima, cerré los ojos y me deje llegar por la tranquilidad del lugar.


—¿Te gusta mi Jardín?, forastera— Mis ojos se abrieron rápidamente después de escuchar aquella pregunta y lo hicieron aún más cuando vieron de quien venía, acaso estaba destinada a cruzármelo en cualquier lugar al que iba, mordí mi labio inferior evitando que escapara alguna grosería que hiciera quedar mal a mi padre, pero con un gesto claro y sencillo le di a entender que aquella palabra no había gustado. Una vez más Cameron se encontraba en mi entorno invadiéndolo con descaro y suma tranquilidad haciendo que me pregunte quien era y porque el destino se empeñaba en que nos veamos. 


Claramente iba a responderle, simplemente para poder seguir la conversacion y en algun momento poder preguntarle cual era el motivo por el cual siempre se encontraba parado en mi jardin todos los dias, pero al parecer ese no iba a ser el momento ya que cuando me dispuse a abrir la boca, el señor Bush se paro en el marco de la puerta apoyandose sobre este con una sonrisa amplia en su rostro al mismo tiempo que comentaba con una notoria alegria.

—Veo que ya se conocieron... ¡Que alegria! ya no tendre que hacer esa incomoda presentacion... si quieren ya pueden acompañarnos a cenar. — la sonrisa en el rostro de aquel hombre me molestaba pero si queria tener libertad mas adelante tenia que comportarme como toda una chica adorable, asi que simplemente sonrei de la misma forma que el anfitrion viendo como este volvia entrar a la casa dirigiendose hacia mi padre nuevamente, al parecer esa noche iba a ser larga.

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⏰ Última actualización: Nov 25, 2019 ⏰

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Evangeline; The Mistery Of BristolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora