Mi pequeño Mikuo~

Capítulo 1: Una limpieza caliente

Aquella noche Miku pasó hambre y aburrimiento, estaba harta de que su hermano hiciera lo que quisiera, le diera órdenes y la tratara como a una bebé.

Miku despertó a las 11 de la mañana, bastante tarde, pero era verano y estaban de vacaciones. Se levantó y caminó hacia la puerta estando con la camiseta de Mikuo y sus bragas a rayas, apoyó su oreja a la puerta escuchando a Mikuo y a Meiko discutir.

-Meiko debo trabajar-.

-No señorito, toma vacaciones, yo trabajaré por ti-.

-¿Se puede saber por qué? -

-Necesito dinero... Trabajaré tus turnos de esta semana pero tu harás los quehaceres- Dijo Meiko soltando una risita.

-Umm... Bueno, acepto el trato con tal de no levantarme a las 6 de la mañana-

-Bien, entonces te diré todo lo que debes hacer hoy, primero limpia la sala de estar, segundo limpia el cuarto de los kagamine, toma la ropa sucia de len y lavala con la tuya y la de kaito...-

Mikuo la interrumpió.

-¿Y la de Rin, Miku y la tuya?-

-Esa la lavare yo en la tarde, bueno sigo, haces todas las camas y saca la basura, cocina un almuerzo SIN PUERROS, luego limpia el cuarto de Miku y el mio-.

-¿Y el de Kaito?-

-Ese no lo limpies, déjalo así de sucio, después quiero que busques a la gata de haku y que la traigas a casa, bueno, eso es todo hasta que yo llegue, pero preocúpate de que Rin y Len no peleen-.

A Mikuo le daba vueltas la cabeza por lo dicho pero luego asintió con la cabeza.

-Entendido onee-sama-

-Bien, ahora iré a tu trabajo, cuídate pequeño verdecito-

Meiko besó ambas mejillas del peliverde, con un aire maternal, pues así la veía, como mamá...

Meiko salió por la puerta sonriendo y Mikuo decidió que era mejor despertar a todos antes de empezar la limpieza.

Miku se había acostado nuevamente haciéndose la dormida cuando sintió los pasos en el pasillo, pero para su suerte Mikuo entró al cuarto de los Kagamine.

El cuarto estaba desordenado, con peluches en el piso y calzoncillos sucios del rubio en el piso, el cuarto estaba dividido a la mitad por una línea invisible que cualquiera notaria, un lado con ropa interior sucia y almohadas de banana, el otro lado tenía vestidos y shorts en el piso, algunas muñecas y peluches.

Rin y Len estaban bailando y cantaban una canción ridícula, Mikuo los pilló por sorpresa.

-Mi-Mikuo- Gritó Len sonrojado pues estaba haciendo twerking, el peliverde soltó una risa incómoda.

-Voy a limpiar la casa, ustedes salgan a comprar algo yo les doy dinero-. Dijo sacando su billetera.

Rin no perdió ni un segundo y le quitó la billetera riendo por su travesura.

-Gracias Mikuo, vem vamos Len vi un lindo bolso con olor a mandarina~- Dijo Rin agarrando del brazo a su hermano, saliendo de la habitación no sin antes darle un beso en la mejilla al peliverde.
"Mmm... debo limpiar toda la casa.. Ya sé,  le pediré ayuda a Miku"  pensó Mikuo.

El peliverde se encaminó al cuarto de su hermana, encontrándose con ella  la cual estaba acostada viendo la televisión.

-Miku, Ayúdame a limpiar- Dijo Mikuo tomando aire de superioridad.

-¿Y si no que?-. Dijo Miku a la defensiva poniéndose rápidamente pantalones cortos.

-Te retaré a un duelo de karate- Dijo Mikuo avalanzandose sobre su hermana para hacerle cosquillas.

-HAHAHHAHAHAHAHAHAHA pa-para hahhahaa- Miku reía a más no poder, dándole una patada en la cara a su hermano.

-AGH auch... Entonces ahora voy en serio.- Dijo Mikuo frunciendo el ceño para luego agarrar a su hermana del brazo.

-Sueltame...- Miku empujó a su hermano molesta, dejándolo caer al piso, pero antes de que este se levantará se levantó en el estómago de su hermano.

-Ugh...- Gimoteo Mikuo sintiendo una falta de aire por su estómago aplastado -Mi-Miku para...-

Miku reía de una forma que daba miedo -No seré gentil hermanito...- Dijo Miku dirigiendo su pie hasta la entrepierna del peliverde para luego recargar todo su peso en la patte íntima de su hermano mayor haciéndolo llorar y gritar de dolor.

-Mi-Miku me rindo pero duele ¡AHHH!- Mikuo gritaba como niña, Miku disfrutaba el rostro que ponía su hermano, sonrojado lleno de lágrimas de dolor, parecía un niño pequeño lo cual Miku se sintió superior.

Mikuo se desmayó, agarrándose su hombría. Miku quitó su pie y volvió en sí preocupándose por su hermano.

*Unas horas más tarde*

Miku estaba lavando la ropa sucia de Len, Kaito y Mikuo. Ella suspiraba molesta pues luego tendría que cocinar y hacer las camas ¡Y todo por la culpa de su hermano!, Miku estaba harta.

Después de lavar, pues por suerte existe la lavadora, fue a la cocina y comenzó a hervir agua con fideos, también hizo una rica salsa de tomates con champiñon y trozos de zanahoria con puerro.
"Dejaré esto calentando, no pasará nada además Mikuo me necesita"

Miku dejó las ollas encendidas y subió las escaleras entrando al cuarto de Mikuo el cual estaba inconsciente en su cama.
"Si fuera mayor que él... Él me obedeceria y haría todo..."

Se sentó en la cama y se dispuso a acariciar el rostro de su hermano, parecía un pequeño bebé, dulce y tierno niño, inocente e indefenso... Miku se dio una cachetada a sí misma ¿¡En que estaba pensando?!... Finalmente suspiró y fue a fuera a buscar al gato de Haku en lo que volvían los Kagamine y se cocinaba el almuerzo.

En la casa entraron dos rubios, llevaban bolsas con muchas cosas y ambos reían.

-¿Crees que vaya a enamorar a Mikuo nii si uso ese vestido?-

-Rin ese vestido es muy corto... Como un hermano responsable te digo que no lo uses-. Dijo Len levantando el dedo índice mientras subían las escaleras.

-Te haría caso ¡Pero soy mayor que tú por 59,9 segundos!-.

-Debo admirar a los doctores, sacar a un bebé justo antes de un minuto-.

-Hahaha, eres mi shotita hermano~ -. Rin abrazó a su hermano dándole besos en la mejilla, provocando que el otro se sonrojara.

Rin y Len dejaron las cosas en su cuarto y se cambiaron de ropa con un conjunto igual.

*Mucho tiempo más tarde*

Miku se retrasó más de la cuenta y cuando volvió tiró al gato al piso y entró corriendo a su casa, estaba en llamas.

Len había escapado de las llamas pero Rin quedó encerrada. El rubio se lamentaba y lloraba mirando a su hermana la cual lloraba asustada gritando el nombre de su gemelo.