Capitulo 2.

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Narra ___:

Lunes, 23 de abril, 2:12 P.M.

Estaba esperando a que llegara mi hermano cuando de repente siento mi celular vibrar, contesté sin ver quien era.

- ¿Bueno? 

-___, oye. -reconocí inmediatamente la voz, era Diego- ¿Me estás esperando?  

-Pues si, Ernesto tiene fútbol. ¿Por qué? 

-Salí de la ciudad por una pequeña emergencia con papá. ¿Crees que algún amigo te pueda llevar?  

-Mierda, ya casi todos se fueron, y los otros están en extracurriculares.

-Bueno, iré por ti, solo que me tendrás que esperar unos treinta minutos. 

-No, Dios, no. Ahorita busco a alguien que me pueda llevar.

-¿Segura?

-Sí.-colgué.

- Hola.

Volteé y me encontré con aquella dulce mirada miel. ¿Doblas?

- Hola, maestro.- dije algo impresionada.

- Lo siento, no quería llegar así. 

- No se preocupe. ¿Necesita algo?

- No, pero usted sí, ¿no?- puse cara confusa- Lo siento, venía por mi coche-señaló un coche rojo- y no pude evitar escuchar que necesitaba a alguien que la llevara.

- Oh, sí, mi hermano no va a poder venir por mi.  De hecho iba a ir adentro para buscar a un amigo. 

- ¿Donde vive?

- En la colonia Arcadia, a un lado de la carretera...

- 68 - añadió sonriente.

- Sí, exactamente esa.

- Si quiere, claro, sin que suene indecoroso, yo la puedo llevar. Yo vivo en el pueblo que esta al final de la carretera.

- ¿No sería un problema para usted?

- No, claro que no- me miró de pies a cabeza analizándome por completo- no creo que pueda ser siquiera un problema para alguien.

-Pues siendo así, si me haría un enorme favor llevándome.

Nos dirigimos a su coche me abrió la puerta del copiloto después de echar sus cosas en los asientos traseros. Di una pequeña sonrisa para luego subirme, el cerró la puerta para rodear el carro y subirse. Comenzó a conducir, después de diez minutos, aproximadamente, de un largo silencio uno de los dos dijo algo.

- ¿Y su novio no la pudo traer?

- Hableme de tú, digo, me está llevando a mi casa, creo que ya me puede dejar de hablar de usted- lo miré de manera tímida.

- Claro, pero con una condición, Minnelli.

- Dígame.

- Que tú- enfatizó "tú"- también me dejes de hablar de usted.

- Está bien. Y entonces, ¿cómo te digo?

- Fuera de la escuela, me puedes llamar por mi nombre.

- ¿Fuera de la escuela? O sea, está planeando que nos veamos fuera de la escuela.

- Okay, eso no se escuchó muy bien que dígamos. - dió una risa ligera- pero algo así.

- Está bien, Rubén.

- ¿Y tú, cómo prefieres que te diga?

- ____, o Minnelli, también se escucha bien. Cómo prefieras.

Enseñanzas de amor. «El Rubius y tú»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora