el amor y otros vicios

el amor y muchos otros vicios

¿cuál es la verdadera felicidad del hombre? ¿Tener poder? ¿la fama? ¿el dinero? O quizás la encuentre en...... el amor.

No soy adivino, pero estoy seguro de que alguna vez te has enamorado, y no solo hablo de una persona, puede ser de un animal o hasta de un objeto, recuerda, todos somos universos diferentes con pensamientos infinitamente distintos.

El gran Alan, con su indomable carácter, un joven perdido en las fiestas, drogas, y demás placeres mundanos.

Un gran día para él, por fin luego de tanto tiempo se logra graduar, todos emocionados, pues el chico paso toda su juventud creando una imagen muy extraordinaria, tenía muchas virtudes, en especial que era muy positivo, su carisma hacia que todo estuviera bien, era como una manta que protegería a todo aquel que se le acercara de la depresión y la soledad. esa noche hizo una fiesta, invito hasta a la señora que vende algodón de azúcar. noche de drogas y alcohol para Alan y todo aquel que fue a esa fiesta.

Paso una semana y la gente seguía rumoreando sobre lo buena que fue esa fiesta. En el trascurso de 2 semanas Alan empezó a proyectarse, crearía una marca de ropa, como lo tenía planeado, siempre tuvo ese sueño, empezó a informarse y a absorber información como niño a su batido de chocolate, paso una tarde de buscar y buscar con su buen amigo Marcos, el cual lo apoyaba en todo lo que se le viniera a la mente.

- Crear una marca de ropa no es fácil, lleva dedicación, mucho tiempo y también dinero – dijo Marcos.

- Sin duda, el que no arriesga no gana. – hablo con seguridad el galán, mientras encendía un cigarrillo, de esos que dan risa diría Arjona.

Dos semanas fueron suficientes para lograr lo pedido, sacaron los ahorros de su niñez e invirtieron en telas y una máquina para estampar, ya tenían todo listo, sus diseños eran únicos y sabían que iban a triunfar, se abrió la página virtual. Alan, ansioso no paraba de ver la página, sus ganas de ver una venta lo torturaban tanto como el hombre a la naturaleza.

- Ni una venta, ya han pasado 3 meses, ALAN ¿qué vamos hacer? –dice Carlos alterado.

- Tranquilo amigo, ya pasara, venderemos como reyes y pagaremos lo que debemos, ya veraz. –dice Alan confiado de sí mismo.

- mmmm... no lo sé Alan no creo que vaya a pa..... ¿podrías no fumar aquí? Respeta por favor. mi primo está en su cuarto –dice Marcos preocupado por tal conducta.

- No me parece, ya el gobierno debería servir para algo y dejar que me drogue sin que nadie moleste – dice mientras sale a el patio.

- Amigo, ya tienes que dejar de pensar como un niño y empezar a madurar, nos quedamos sin empresa y tenemos deudas hasta el cuello y tú sigues pensando solo en drogarte. – Marcos dejo atónito a Alan.

- Ante tal conducta el joven Alan responde audaz y delicadamente a su compañero.

- Lo único inmaduro aquí es tu cara de bebe Marcos.

Luego de tal discusión Alan se dirige a el mismo lugar para esperar al jibaro de manera inconsciente.

- Estúpido Marcos cara de bebe, ¿quién se cree él? No me está haciendo daño, DIOS dame una señal que debo hacer. – murmura en soledad Alan.

- Si sigues hablando solo pensare que estás loco. –suena una suave y armónica voz a su espalda espalda.

- Ey amigo, ¿podrías tratar de no ignorarme por favor?