Era una celda por donde la miraras. Un lugar con todo lo que necesitaba para descansar y asearse con un campo de fuerza a modo de puerta. Podría decir que lo odiaba, pero era cien veces mejor que la celda de la Horda en la que la habían arrojado unos meses antes. Además, Horde Prime les dio básicamente las llaves de estas, como si fueran una simple habitación. Glimmer se quedaba en otra, justo la que estaba a lado de la suya.
Era muy estúpido, y el último de sus problemas, pero no podía dejar de pensar por qué las habría puesto tan juntas. Probablemente creía que eran amigas, o algo por el estilo. Catra casi se rio al pensar en la idea.
Casi.
Estaba demasiado cansada, demasiado harta, demasiado triste como para disfrutar de la ironía, por más amarga que fuera. El día más largo y horripilante de su vida llegaba a su fin en una nota sorpresivamente pacífica que la desconcertaba.
Un par de horas antes había estado dispuesta a entregar su cuello en bandeja de plata a la Reina de Luna Brillante, lista para por fin morir y dejar todo atrás, adentrarse en la dulce oscuridad que la miraba seductoramente desde lejos.
Todo por lo que había luchado, todo lo que había sacrificado, perdido.
─En realidad tu corazón nunca estuvo en ello.─ le dijo Double Trouble la última vez. Tal vez tenía razón, tal vez era por eso que las pocas victorias le sabían tan amargas y vacías. Le faltaba pasión para ser malvada. Double Trouble. Era irónico cómo siempre que creía haber entablado una buena amistad algo se rompía. Ella realmente creyó que eran colegas. Qué horrible fue enterarse en un momento tan catastrófico que su colega no veía otra cosa además de dinero en ella.
No. No era así.
No podía decir que todo había sido falso con Double Trouble.
─Es por tu propio bien.─ Le dijo al final.
Tal vez tenía razón, tal vez era tiempo de ver las cosas desde otro ángulo, desde el que miraban los otros.
─Mala villana, y nunca una chica buena. ¿Dónde está tu lugar, gatita?
─Eres una mala amiga.
─Nunca serás lo suficiente.
Las voces de todos comenzaron a aglomerarse, repetidas en un eco interminable que la volvía loca. ¿Cuánto tiempo le tomaría perder la cordura de verdad?
Se sentía tan perdida. Sin motivos, sola, sin nada de lo que alguna vez buscó. Si la victoria no era su objetivo ¿Qué era? ¿Qué estaba buscando? ¿Lo merecía?
No conocía la respuesta.
Sencillamente ya no sabía lo que quería. Por eso el báculo de Glimmer frente a su rostro se había visto tan prometedor. Muerte. El olvido, el fin de su agonía.
Se preguntó qué pasaría si muriese. ¿Qué le esperaría después de eso? en la Horda le enseñaron que la muerte significaba el fin de todo, pero sabía que muchos de los ethrianos no pensaban lo mismo. Unos pensaban en valles de flores, otros en una nueva vida, o incluso un lugar perfecto.
Catra no sentía ganas de vivir nada de eso. No confiaba en sí misma para dirigir una nueva vida, esta le había quitado todas las fuerzas para hacerlo. Tampoco pensaba que un valle de flores fuera bueno para ella ¿Qué haría en uno? ¿Cantar mientras cuidaba de los pequeños brotes como si fuera una princesita idiota? No. No era para ella.
Lo mejor sería el olvido eterno. Como irse a dormir, pero sin las pesadillas, sin las esperanzas, sin los anhelos o las expectativas. Sólo negrura y calidez para siempre. Era tan tentador

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La agonía de Catra
FanfictionEn una celda en la nave de Horde Prime, Catra se pregunta cómo es que todo terminó así. Post original en Amor y Mundo Yuri