3 de septiembre de 2015
Escuela O'Degeit
Aula 21En el pizarrón estaban apuntados compuestos químicos y sus nombres comunes, mientras los alumnos apuntaban en sus libretas, la cabeza de la profesora Margot corría a mil por hora. Justamente ese día, el joven Alan Parker cumplía 16 años, y empezaba a ser hora de decirle que debía instruirse en las artes mágicas, porque la gracia mágica corría por sus venas.
Así que con el corazón latiendo fuerte dentro de su pecho, la emoción a tope y sintiéndose 20 años más joven, sacó su varita de su maletín, susurró «Oculos Priva» y con un movimiento de muñeca todo el salón se llenó de una densa neblina que al parecer solo Alan pudo notar, por lo que miró al rededor.
—Ninguno de tus compañeros puede verla, solo tu— La profesora Margot se levantó de su escritorio y caminó frente a las pizarras —¿Quieres saber por qué?
Alan se sentía asombrado y de manera sorprendente para él, no tenía temor alguno, sino una curiosidad que ardía en su corazón.
—No, no entiendo a lo que se refiere, Pro... rofesora—
—Permíteme ilustrarte– La profesora Margot hizo un círculo con su varita y exclamó –Develo.
Un portal se abrió en el muro del salón, y la profesora Margot le tendió la mano a Alan, quien miraba boquiabierto y anonadado aquella escena.
—Tienes algo diferente, Alan– Dijo la profesora Margot con una sonrisa que no podía contenerse en su rostro– Tienes gracia mágica.
Alan se levantó de su asiento y caminó hacia el portal, extendiendo un dedo hacia el, tratando de averiguar si era real. Dentro de su cabeza todo parecía completamente irreal, como un extraño sueño lúcido. Así que volteó hacia la profesora Margot y ella le indicó con un gesto que lo atravesara.
Del otro lado estaba la Sala de las Ánimas, al fondo estaban algunas maestras que también eran brujas encubiertas que rieron al ver a Alan sabiendo que ya era hora de entrenar al niño de la profecía. Entonces la profesora Margot puso su mano sobre el hombro de Alan y le explicó.
—Es tu decisión ser un mago o no, pero debes saber que eres totalmente diferente a tus compañeros, a tus amigos, diferente incluso a tu familia. Esto te hace especial, único e inigualable. Y si decides ser mago, pues... le serás de mucha ayuda al mundo.
Los ojos de Alan recorrían el rostro de la profesora con velocidad, y en un abrir y cerrar de ojos el estaba de vuelta en su asiento, la profesora regresando a su escritorio, quien dirigió una mirada a Alan mientras se sentaba y acomodaba sus anteojos. Entonces la neblina se desvaneció.
Al finalizar las clases, Alan fue a buscar a la profesora para conseguir respuestas.
—¿Qué sucede Alan?
—Eso mismo quiero saber, Profesora Margot, quiero decir... ¿Qué fue todo eso? La neblina, ese portal... ¿Gracia mágica?
—Bueno, ya te dije, tienes gracia mágica, es decir, a diferencia de los demás tu puedes usar la magia, controlarla, dominarla. Pero debes aprender muchas cosas todavía.
—Bueno, pero ¿Cómo?
—¿Quieres? ¿De verdad, de verdad?
—Sí, profesora, eso fue... increíble... ¿Así podré ayudar a la gente?
Un nudo se hizo en la garganta de la profesora, ella entendía perfectamente la situación, el niño de la profecía, aquél que sería poseído por el que no muere habría de ser alguien de un corazón genuinamente puro, alguien que apreciara tanto la vida y a las personas. Alan estaba caminando en ese camino, por lo que la realidad de acercarlo a la magia hacía más próximo el hecho de que la profecía se cumpliera.
—El 2 de Noviembre se llevará a cabo la ceremonia de iniciación de todos los magos y brujas de tu generación. Te prepararé hasta entonces. Te quedarás conmigo después de clases.
—Uhm... pero profesora, debo pedirle permiso a mis padres y...
—No te preocupes por ausentarte, será lo primero que vamos a solucionar, por ahora regresa a tu casa, come, descansa. Y no le reveles a nadie lo que has visto y oído ¿Quedó claro?
—¡Sí!
Alan volvió emocionado a su casa, y la profesora Margot sabía dentro de sí que ya no había vuelta atrás.
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Hechicería y Medicina
FantasyAlan Parker es un exconvicto que participó en la gran guerra mágica del año 2020, y se le culpa de haber asesinado a múltiples brujas y hechiceros en su camino a la resurrección de su señor, y será mediante él, y las crónicas de El Gran Mito, que co...