soy grande

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Aquel niño que jugaba, en el patio de su casa sin importarle nada, y corría a los brazos de su madre, diciendo ya quiero ser grande.

Que corría y saltaba por cada lugar que deseaba, y cuando tropezaba y se dañaba su madre lo abrazaba y con un beso lo sanaba.

Pero en su mente aún estaba, ese pensamiento que el guardaba y anhelaba, y nunca llegaba tarde, y era su anhelo y deseo, ya quiero ser grande.

Que de pequeño iba a la escuela saltando de alegría, que le sonreía a la vida, porque la vida era perfecta y hermosa cada día,
Pero aún con su deseo infragante, ya quiero ser grande.

Que vivía cada día lleno de ilusión,porque en cada rincón, veía un rayito de sol.

y por más oscuro que estuviera siempre encontraba la manera, de que la luz resplandeciera y brillara por donde quiera, y a su paso iluminaba todo, y para el no habían barreras.

Pero ese anhelo y deseo siempre seguía en su mente, sin saber lo que anhelaba siendo el inocente,pidiendo el mismo deseo siempre en su cumpleaños, ya nadie tendrá que cuidarme, por eso ya quiero ser grande.

Y aquel niño se hizo grande.

Pero tal vez no fué lo que él esperaba, porque ya no jugaba en el patio como antes pasaba, y no porque no quisiera, si no porque el tiempo no le daba.

Porque lo que el no se esperaba, cuando su sueño anhelaba, era que mientras más grande de hacía, más el tiempo se le escogía.

Y aquel niño se hizo grande, pero cuando tropezaba, un beso no lo sanaba, porque no eran rocas con lo que el se pegaba.

Eran sus errores lo que lo golpeaban, cada vez que se equivoca.

Y con el afán de cada día, no le quedaba tiempo para sonreirle a la vida, de echo ni se fijaba en el sol que salía cada mañana, porque aveces para él, nisiquiera brillaba.

Y lo que el no imaginaba, era que mientras se hacía más grande, más grande se hacían sus responsabilidades.

Más crecía su deseo por ese amor casi imposible, y más su dolor al desilusionarse.

Y aquella Luna tan hermosa que cuando pequeño lo seguía por donde quiera, ya no brillaba como antes ni la acompañaban estrellas.

Y en medio de su tristeza recordó aquellas beces, que deseo crecer, grande poder ser, y quiso regresar, el tiempo retroceder, pero ya nada podía hacer, aunque pequeño quería volver a ser.

Hoy sólo le queda seguir su vida, siendo grande como el quería, pero que resultó ser lo contrario que ironía.

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