Sumergido.

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Tengo ganas de respirar pero es tan difícil ¿Has visto los pesos que hay atados en mi tobillos? ¿Has notado como me hundo más y más en el vasto océano?

Hundida, entumecida, sumergida. 

Mis dedos arrugados, mi vista nublada, mi cabeza llena de pensamientos. 

Abrumada, de mí misma y del mundo. 

¿Por qué tengo que formar parte de este mundo? ¿Por qué es tan difícil respirar? ¿Por qué hay peso en mis tobillos? 

Quiero flotar, y luego de eso volar. Sentir como mi cuerpo se eleva, frágil, invisible, intocable. 

Sueño, descanso. Mi tortuosa vida desapareciendo en la calma de los mensajes subconscientes que me regala mi profundo yo. Oyendo las melódicas risas y los melifluos cantares de miles de ballenas. 

Sueño. Con el batir de alas de las mariposas que crean múltiples tornados en otra parte del mundo.  Mi corazón adormecido, sumergido en anhelos, sueños, deseos. 

A pesar de estar tan desesperada por respirar, abrumada por la sofocante sensación de hundirme. Al final, cierro mis ojos en la profundidad del mar, y sueño. 

Y nada es más relajante que eso. 

Sentirte abrazada por las profundidades de tus miedos, caer, hundirte, sumergido. Aceptar que esa oscuridad es parte de ti, que no puedes huir, que te esperara siempre y te calmará cuando todo esté perdido. 

Reuniendo mis pedazosWhere stories live. Discover now