Encuentro con el dragón.
ZiTao corría en medio de la lluvia, su cabello largo se pegaba a su espalda por el agua que no parecía cesar.
Había salido a cazar y para su mala suerte se encontró con quien no debía.Hace dos meses Tao y su familia se habían ido de la antigua aldea que estaban, no es que no le gustase, es que exigían una cantidad de dinero inaccesible para ellos en ese momento y ya habían visto con demasiado amor a ZiTao, por lo que por su bien y su familia partieron hacia una aldea contigua.
Al pie de la montaña Yuelong, casi no había gente allí por las leyendas que habitaban en ese lugar y a pesar de ello a Tao se le había hecho un lugar muy agradable.
Escuchaba de vez en cuando las historias del lugar pero la que más llamaba su atención era la de un enorme dragón que vivía en la cima de la montaña, él era el protector de los que habitaban la aldea, ya que rara vez alguien se acercaba a sus dominios. Sin embargo, era un ser irascible que si era molestado podría asesinar a todo aquel que le hubiera ofendido, y esto era lo que a Tao más le llamaba la atención ¿era realmente tan cruel? Lo dudaba.Tao se paseaba mayormente por los caminos cerca de la misma montaña, nunca se había atrevido a ir más allá y se quedaba en los campos donde podía apreciar las flores que allí estaban, las orquídeas eran las que más amaba ver y tocar pero prefería no arrancarlas para no marchitar las.
Uno de esos tantos días notó las flores pisoteadas, alguien se las llevó puestas.
Decidió volver a su casa, no pudo cazar nada para su familia y las nubes del cielo se cerraron sobre el sol, amenazando con dejar caer las gotas que resguardaban, así que era mejor irse. Al empezar a caminar un caballo salió de la nada haciendole caer hacia atrás.— Demonios... —
Dijo para cuando pudo reincorporarse, se quedó mudo y observo al que estaba en el caballo.
— El primogénito de la familia Huang...— dijo riéndose el hombre.
— Señor Fùbái— respondió Tao poniéndose de pie, tragó grueso y miro a su alrededor.
Tao empezó a correr, ellos venían en caballo, lo supo, supo que habían más de uno.
Sus ropajes se trabaron entre sus piernas y por ende se cayó pero esto no le impidió seguir corriendo lo más rápido que podía, a pesar de ser alcanzado seguramente.
La lluvia era cada vez más fuerte, y le costaba caminar entre el barro por lo que ya no pudo hacerlo.— AYUDA!— la voz de Tao se escuchó entre todo pero no parecía ir a ningún lado, no llegaba a nadie.
Fue tomado del cabello y subido al caballo del mismo hombre que momentos antes se cruzó y el cual no perdió tiempo para besarlo.
Tao escupió en cuanto pudo al hombre golpeando su rostro, quería salir corriendo de nuevo pero una mano le detenía.— VIOLENLO!— gritó lanzando a Tao al barro, este cayó en el suelo y miró como los hombres se abalanzaban hacia él. En ese instante Tao no supo que hacer, el terror se apoderó de su cuerpo, estaba sólo y eso hacia todo más difícil.
— SI ESTÁS AHÍ! — gritó — TE ENTREGO MI ALMA A CAMBIO DE PROTECCIÓN, QUE EL RAYO, EL VIENTO Y LA TORMENTA SEAN MIS ALIADOS — recibió un golpe en su mejilla, haciendo que su rostro se girase. La sangre brotó y se preocupo más, si era posible — Ayuda, YiFan, señor de la montaña... Te entrego mi alma y todo lo que soy si me ayudas... —
Tao lloró cada vez que una parte de su ropa era arrancada de su cuerpo, hasta que quedó desnudo, tragó grueso y sollozó... Las leyendas no eran ciertas.— Qué es eso?!— uno de los hombres alzó la voz al ver una bestia parecida a un perro pero con más cuerpo y cabeza de tigre asomarse, rugió con un trueno haciendo que huyeran asustados de allí.
El perro se acercó y un hombre tras él, Tao notó el cabello largo, el ropaje de color oscuro y más que nada el hecho de que la lluvia no lo mojaba.— Eres de mi propiedad... — dijo el hombre — No podrás dejarme...
Tao se asustó un segundo hasta que se dio cuenta, era el mismísimo dragón Fan y el lo había invocado
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El guerrero dragón
FanfictionCuentan que en las montañas existe un hombre capaz de convertirse en dragón, traer riquezas y vida a quién se lo pida, pero sólo una vez se ha podido verlo. Creyendo todas esas historias, Huang ZiTao se dejaba llevar con la idea de algún día poder v...