[Primera parte]

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Era estúpido pensar que si lo ignoraba, todo volvería a ser como antes... porque si algo enseñaba la vida, era que no se podía pasar por alto algo que ya era bastante sabido.

Y joder que sí lo sabía...

Supe que desde el primer momento en que descubrí que estaba enamorado de Kim Taehyung, no podía ignorarlo.

Sí, estaba jodido, y de alguna manera estúpidamente masoquista, me encantaba estarlo.

No es como si aceptarlo cambiara tampoco las cosas, porque no, definitivamente lo peor de saber que estabas hasta los cojones de uno de tus mejores amigos, era saber que precisamente esa persona fuera consciente de tus sentimientos hacia él.

Taehyung me hacía la vida imposible cuando quería, tanto como no. Y lo absurdo de todo esto era que yo se lo permitía. Bueno, eso era mejor a que pasara de mí todo el tiempo, y de ninguna manera estaba dispuesto a dejar que eso sucediera. Hasta este punto ya no sabía si realmente estaba enamorado, o sólo era un completo idiota. Puede que un poco de ambas... Pero es que era Kim Taehyung, ¿cómo no iba a perder la puta razón por él?

Cuando estaba frente a mí, era una de esas malditas y crueles torturas, y al mismo tiempo, el más exquisito deleite. Cuando teníamos que ensayar alguna coreografía, me era imposible no perderme en la increíble sensualidad que desprendía con sus movimientos, tenía un don innato para hacer que cualquier persona que lo viera cayera rendido a sus pies; era como un ángel caído del cielo, uno que inevitablemente te invitaba a pecar. Luego estaba su voz, tan malditamente grave y sexy, que hacía que quisiera follármelo ahí mismo y confirmar hasta cuán alto podían llegar a ser sus gritos. Y mierda, cargaba ese trasero que...

Diablos, si ese simple pensamiento lograba que me diera un leve apretujón en los pantalones, no quería imaginarme cómo sería follarlo.

Vale, puede que esté sonando como un asqueroso depravado sexual, pero no siempre pensaba en él de esa manera, claro que no. No iba a negar que la mayoría del tiempo creaba escenas pornograficas en mi mente con él de protagonista, pero en mi defensa, era su culpa que yo tuviera esa clase de sucios pensamientos, bastantes seguidos, para variar. Pero por otro lado, cuando pasábamos tiempo juntos, cuando veíamos una tonta película de esas que le encantan a él, cuando paseábamos por el parque o simplemente hablábamos de cosas triviales, me sentía lleno, feliz; y deseaba permanecer en esos momentos para siempre.

Claro que cuando se enteró de que guardaba sentimientos por él, todo se fue ligeramente a la mierda. Nuestra amistad ya no era lo mismo, y aquella complicidad que parecía ser eterna, se perdió para no volver. Ahora quedarse a solas conmigo era la definición perfecta de una terrible incomodidad, como si tuviera miedo de que en cualquier momento fuera a saltar sobre él e intentar comérmelo. ¿Y saben qué era lo peor de todo eso? Que tenía razón.

Sip, estaba realmente jodido.

En ese instante, mientras me dedicaba a intentar concentrarme en los pasos de baile, cosa que fue un total fracaso ya que no paraba de pensar en el pelinegro, el reflejo de un bello rostro apareció en los espejos, y me giré encontrándome con la causa de mi insomnio de los últimos dos meses.

Taehyung me regaló una mirada apenada, y luego se acercó arrastrando los pies mientras bajaba la cabeza, ese gesto hizo que se me oprimiera el pecho. Al parecer, yo también se lo estaba haciendo pasar mal.

-Lo siento Hyung, no sabía que estabas aquí. Vine para practicar unos pasos de la coreografía que aún no puedo dominar, pero puedo venir después... -dijo, mordiéndose el labio.

No te lo muerdas, por favor...

Dio un paso, dispuesto a alejarse, pero lo detuve tomando su muñeca.

Éxtasis [Two-Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora