EL BAÚL DE CARTAS

Gloria

Decidí llamar Gloria a esa mujer que tantos sentimientos provoco en mi por el hecho de haber hecho latir mi corazón de una forma acelerada, por invitarme a sacar el interior cursi que tanto oculto por miedo a las criticas, por que me hizo un adicto a su sonrisa, un loco enamorado que piensa en ella todos lo días y que llora por las noches al saber que el amor no es correspondido, por haber echo volver mi alma al cuerpo. Tengo ganas de sentarme junto a ella tan solo un instante y decirle todo lo que siento, de provocar esas sonrisas que tanto amo, tocar sus manos y sentir su piel, quiero abrazarla y sentir el latir de su corazón y pensar que late porque le encanta mi presencia, bailar toda la noche hasta que se nos cansen los pies y que me diga que la cargue al coche, ir a tomar un café, platicar de nuestro futuro, dedicarle una canción y cantársela aunque desafine, sentarnos frente a la playa a contemplar el atardecer, preguntarle sobre sus planes y saber si puedo ser parte de ellos, vivir junto a ella seria un honor que no todos podemos alcanzar. 

Cuando la vi por primera vez no fui el mismo, deje de ser un chico serio que se la pasa en su computador creando romances imposibles y salio al mundo a vivir la realidad, comencé por hablarle y por cualquier método tratar de hacerla sonreír, cuando se daba la vuelta no dejaba de mirarla, me convencía cada vez mas que quería estar a su lado, como amigo sabia que era mi única aspiración. Me pongo a recordar las platicas absurdas que sacaba para poder escuchar su voz, llegando a la casa me sentía triunfante por tener un momento contigo, ella nunca lo noto pero para mi hablar con ella era un deleite, es como probar un manjar y querer repetir todos los días. Acepte la derrota cuando supe que comenzó a salir con otro chico, en ese instante tire todas las cartas y todos los poemas que le escribí, deje esa fantasía de estar con ella y volví a mi aburrida vida, seguí escribiendo por desahogo y me quede una vez mas solo, continué escuchando Jazz toda la noche y en esos desvelos su recuerdo me tocaba el alma.