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Not A Word

     -¡Si que entra!-agito las piernas mientras me quejo-.

     -Dejalo Amber, no cabe-suspira mi amiga exhausta-.

Llevamos más de 5 minutos intentando hacer que unos pantalones me entren inútilmente. Era un evento muy especial y esos pantalones a través de aquel cristal me pedían que los comprase. Definitivamente andaba equivocada.

     -Te odio-solté mirando a mi amiga Charlotte-.

     -Yo no hice nada-contesto como de ofendida-.

     -¡Claro que sí! de seguro que fue tu culpa-solté enojada-.

     -¡Oh vamos! sabes perfectamente que tu engordaste-.critico de mal gusto-.

     -Yo no he engordado, eres tu que como estas delgada piensas que estoy gorda-defendí  mi voluntad-.

     -A veces somos tan infantiles-reímos sonoramente-.

Ya no recordaba el porque había empezado esta pelea. Es que Charlotte es tan carismática. Si, carismática, con eso me refiero a que ella es un ejemplo a seguir. Pero a veces me da rabia y entonces nos picamos levemente con palabras que al final acabamos olvidando.

     -Oye amiga, ¿vamos?-pregunta mientras pasa una mano por la ropa colgada en perchas-.

     -Claro, mi madre estará preocupada como no estemos de vuelta en media hora-hablo siquiera sin mirarla-.

Salimos de la tienda y caminamos con lentitud hasta llegar al auto. Abrimos las puertas dejando las bolsas en la parte trasera del coche y Charlotte arranca cerrando su puerta mientras sale del hueco manejando hábilmente el volante.

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     -¡Hola!-quito la llave de la cerradura-.

     -Hola cielo-dice mi madre saliendo de la cocina-.

     -Hola Tía-Charlotte saluda a mi madre-.

     -Hola cariño-le da un beso en la mejilla-.

     -Mamá, ha sido inútil intentar ponerme el pantalón-me quejo cogiendo audiencia-.

Mi madre sonríe abrazandome y hablamos sentándonos en el sofá, sobre lo que hemos comprado.

     -Nosotras nos vamos a subir-cierro conversación levantandome-.

     -Bueno hija, no me desordenes la habitación que en unos minutos ya vamos a comer-dice alarmada.

     -¿Tan temprano ma?-froto mi barriga-.

     -Te recuerdo que ustedes dos tienen que asistir al concierto ese de los One Direction-suspira levemente-.

     -Oh, es verdad ya ni me acordaba-abro paso para las escalera y subo rápidamente detrás de Charlotte-.

Charlotte entra al baño a darse una ducha y mientras yo compruebo la ropa que me pondre. Unos jeans negros y una camiseta de cuadros azul y roja. En esto, sale Charlotte envuelta en una toalla.

     -Oye amiga, ¿vas a ponerte esas converse?-pregunto interesada-.

     -No, voy a ponerme esas-dice señalando unos bonitos tacones de aguja muy fina-.

     -Woow! vas a estar radiante-le guiño un ojo y nos echamos una risa-.

     -Eso pretendía-contesta colocándose bien el short-.

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Coloco los cubiertos en el plato y me levanto, dejo el plato en el lava-trastos y los cubiertos en la pica. Seguidamente mi amiga hace lo mismo y volvemos al comedor.

     -Nosotras ya nos subimos a arreglarnos-digo sonriendo-

     -Bueno chicas, apurense ¿vale?-indica mi padre-.

     -Vale pa-sonrío por ultima vez y desaparezco junto a Charlotte tras las escaleras-.

Al terminar nos miramos al espejo y sonreímos. Mi amiga estaba preciosa, llevaba un vestido verde menta cortado por la parte de delante y largo por detrás, conjuntado con unos tacones negros de piel. Yo iba como solía ir normalmente, una camisa a cuadros estilada por colores y unos jeans negros, conjuntados con unas converse ya gastadas.

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El estadio estaba lleno de fans, algunas lloraban y otras gritaban. Mi amiga y yo, sonreíamos ampliamente, esperábamos sentadas en nuestras sillas, mientras observábamos aquel sitio. Era fascinante hasta donde habían llegado, realmente se lo merecían, por ser como son.

     -Las luces ya se apagan-habló mi amiga emocionada-.

     -Quisiera decirte que no pierdas los nervios pero, estando en primera fila y en un evento como este, puedes pecar todo lo que quieras amiga-reímos sonoramente y la música llena nuestros oídos-.