Sorpresa inesperada

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Estaba en mi estudio organizando mi boda.
Sí. Estaba casada, pero no por iglesia. Tuve que firmar algunos papeleos.

Xavier comenzó a llorar. Lo cargué en mis brazos y lo comencé a amamantar.
Era el único hijo que conservé más tiempo sin que me lo arrebataran al nacer.

Mi secretaria me informó que tenía que apurarme para arreglarme e ir directamente al aeropuerto, tenía que asistir a una reunión bilateral con el presidente de Francia.

Yo era la que iba a las reuniones. Verás, en la monarquía de Macedonia hay que cumplir ciertas reglas. Primero: aislamiento extremo. (Esta es la peor). El pueblo no conoce físicamente a sus gobernantes, se sabe sus nombres y sus edades. Hay una exepción conmigo. Soy conocida mundialmente y si me aislo daño mi imagen. Segundo: Tacones de menos de 7 cm. Tercero: Esa es muy rara. Primero los comprometidos se casan a través de  firmas. Se les obliga a tener descendencia y si el primero es niño se celebra la boda inmediatamente. Ese es mi caso. Pero si no, la novia tiene que tener y tener hijos hasta dar a luz, un varón.
Cuarta: Los vestidos si o si tienen que tener accesorios o bordados hechos con oro. Tienen que ser blancos o en visitas importantes de colores.
Quinta: El primer ministro gobierna como si fuera un presidente. Pero tiene que pedir permiso a los monarcas si quiere cambiar o aumentar algo, (Obvio).

Hay más pero si las nombro todas no terminaría nunca.

Me subí al 787 que alquiló el gobierno de Macedonia. Y me despedí sonriéndole a las cámaras.

Estaba vestida con un vestido morado y el sombrero igual.

Me informaron todo lo que iba a decir, incluido todos mis pasos.

- Ajá - Le prestaba mucha atención a lo que me decía la coordinadora -

- Majestad - me volteé y era el primer ministro con todo el papeleo.

Sí, incluso fuera de Macedonia tengo que hacer mucho papeleo.

- Una duda señor Alexander, aquí dice que Macedonia tiene la mayor parte del porcentaje de las ganancias pero se registró irregularidades- el ministro de tensó-

Sabía que era un ladrón. Lo quería destituir pero el pueblo cegado por sus mentiras le creía y lo adoraban.

- Ma.. Majestad no se de qué me está hablando- balbuceó-

- Sé que estás robando Alexander-

- Señora..-

- No en digas señora, cuando dices eso estás mintiendo-

- Sí, Majestad robé millones, era por necesidad, mis hijos y yo no tenemos una vida muy estable que digamos-

Llamé a uno de mis asistentes y que lo hicieran quedar mal ante el pueblo. Se merecía eso por ladrón. Pero le pagué algo para que tenga una vida normal.

- Cuiden cada uno de sus pasos-

Asintió el chico.

- Majestad estamos por aterrizar en el aeropuerto Charles de Gaulle- dijo la aeromoza-

Ah y una cosa que me olvidé mencionar.
Una de las reglas (por cierto no se me aplica) es que el monarca desciende en una zona especial o exclusiva y no se permite sacarle foto, la prensa no puede pasar. Todo es muy aislado.

Sigan leyendo para saber cómo es mi vida y el aislamiento de la corte de Macedonia fría, pero a la vez extravagante.

Anna Mountbatten Donde viven las historias. Descúbrelo ahora