Capítulo cuatro. »Kim NamJoon«

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Kim Namjoon, un dedicado estudiante de medicina, cuando lograbas conocerle quedabas atrapado en su exquisito mundo, era tan maravilloso que fue imposible no caer rendido ante él.

Su paso por mi vida fue efímero, pero las huellas que dejó en mi lienzo perdurarán toda mi vida. Él siempre logró sacar lo mejor de mi, él siempre lograba verle el lado positivo a las cosas, siempre tratando de ayudar, siempre buscando una solución a los problemas, fue una de las personas más bellas con las que logré encontrarme, o con más que el destinó me hizo cruzar.

Recuerdo con sutileza el día que lo conocí, en aquella cafetería, cuando entré a esta, él bebía un café, mientras leía un libro, me encantó, sobre todo su personalidad, esos bellos oyuelos, su trabajado cuerpo, cuando se desvelaba estudiando para por fin hacer lo que siempre había querido, poder ayudar a los demás tan único.

Adoré con locura todas esas veces en las que nos volvíamos cómplices de la noche, aquellas en las que a la luz de la luna y mientras devoraba sus labios le recitaba poesía, amé escribir poemas para él, me encantaba cuando solíamos ir a tomar un café y nunca decíamos nada, pues las palabras siempre sobraban, nuestras miradas lo decían todo.

»💭«

Kim Namjoon, estudiante de medicina, 24 años de edad, encontrado muerto con una rosa negra al lado.

— Cariño, lo lamento, lo lamento mucho, pero es algo que se sale de mis manos, es mi instinto... — dejé con cuidado una rosa negra sobre su tumba — y ¿sabes? Mario Benedetti decía "es tan curioso cómo a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel".

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⏰ Última actualización: Dec 01, 2019 ⏰

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