Depresión 《PJM & JJK》

#4 Apetito

Una vez más me encontraba en la cafetería observando a Min YoonGi comer, no tenía una gran cantidad de comida en su plato y comía de una manera tan lenta que llegaba a ser desesperante.

Por mi parte ya había comido mi almuerzo y solo me mantenía aquí con el objetivo de observar a ese chico, si, lo más seguro es que me viera algo raro y un poco acosador pero una calificación estaba en juego.

— ¿Otra vez actuando como acosador? -allí estaba otra vez-

Jeon JungKook se sentó a mi lado con su bandeja repleta de comida y me miraba con sorna acompañado de aquella sonrisa en sus labios.

— ¿Todo eso cabe en tu estómago? -cambie de tema apuntando a su bandeja con comida-

— Eso quiero quiero averiguar -soltó con simpleza tomando una manzana y le dió un gran mordisco- por cierto te tengo información de Yoongi

— ¿Enserio? ¡dime! -exclame entusiasta-

— Me dijo que hace algunos años jugaba baloncesto pero ahora ya no lo hace -dijo él, dejando la manzana en la bandeja una vez más-

— Eso sirve, gracias Jeon -sonreí hacia él-

Jeon simplemente asintió y tomó un trozo de carne con sus palillos, pensé que lo iba a comer pero en cambio lo llevo hacia mi boca.

— Vamos Park, di "ah"

— Jeon, ya comí

— No te pregunte eso, ahora abre la boca

De mala gana accedí, Jeon llevo el trozo de carne a mi boca y yo lo tomé, ciertamente aún tenía algo de hambre, por lo mismo no me negué cuando el siguió dándome de comer, era algo vergonzoso que uno de los chicos más populares (por no decir el más popular) de la universidad me estuviera dando de comer en la boca, podía sentir unas cuantas miradas sobre nosotros pero ni a Jeon ni a mi pareció importarnos.

Para cuando fui consciente otra vez de nuestro al rededor Jeon estaba observando la hora en la pantalla de su celular.

— Debo irme Park, tengo clases en cinco minutos

El se puso de pié casi corriendo y se alejó unos cuantos pasos de mi para despues voltear y mirarme.

— Devuelve la bandeja por mi ¿si? -una vez más me mostró su hermosa sonrisa- te lo agradezco Park, adiós

Y se marchó, mi mirada viajó a su bandeja ya casi vacía, solo la manzana con un mordisco quedaba allí y unos cuantos granos de arroz, el idiota me había dado toda su comida.