Los Juegos de Johanna. (Los Juegos del Hambre).

Capítulo 9. La puntuación.

Corrí hasta el ascensor y pulse con rabia el botón de mi planta, cuando llegué me encerré en mi habitación, estaba tumbada en la cama de espaldas a la pared, cuando oí que alguien abría la puerta y acto seguido cerraban el pestillo una parte de mí deseaba que fuese Josh, me giré rápidamente y vi que era Lyam quién se acercaba hacia mí, me miró y se sentó a mi lado. No pude evitar sentir una pizca de decepción.

— ¿Qué tal ha ido?

— Fatal, creo que no les he impresionado ¿Y tú?

— Creo que me ha ido bien, mmm...esto Johanna... —dijo nervioso retorciendo las manos.

— ¿Si Lyam? —pregunté con curiosidad mirándolo a sus ojos marrones.

— ¿Realmente te ha ido mal o lo has hecho aposta?

¿Qué? ¿Cómo era posible que Lyam supiese mis intencciones?, en vez de responder arqueé una ceja dándole a entenderle que no sabía de lo que me estaba hablando.

— Vamos Johanna, yo sé como eres realmente, sé que puedes usar un hacha hasta dormida y aceetar, no me creo que te fuese mal, a menos que tú lo planearas así.

De perdidos al río, ya que sospechaba de mí le iba a contar parte de la verdad, quería que confiase a mí, pero entonces sería mucho más difícil matarlo.

— ¿Y qué si asi lo he hecho? —respondí a la defensiva.

— No te estoy juzgando, en realidad creo que es un buen plan — parecía realmente sincero.

—¿Enserio? —pregunté falsamente incrédula m

—Sí —afirmó asientiendo levemente con la cabeza.

— Pero en todo caso, no me servirá de mucho, seguro que muero muy pronto —me lamenté haciendo un mohín y volviendo a fingir ser vulnerable.

—No seas tonta Johanna, estoy seguro que este año el Distrito 7 ganará los Juegos —dijo demasiado convencido.

—Vaya, no creía que tú te lo tuvieses tan subido —bromeé.

— Muy graciosa, no me refería a mi.

—Eso si que tiene gracia.

— ¿Acaso no quieres ganar?

—Sí, pero...

—Pero nada —me cortó.

Y entonces se inclinó hacía mí y me besó, me besó con ternura, pasión, deseo y desespero, no quise separarme de él, quería que ese momento nunca terminese, que estuvieramos así siempre, pero ambos sabíamoss que no iba a ser posible, en unos días estaríamos en la arena, y solo uno de los veinticuatro podría salir con vida de los Juegos.

— Johanna —susurró con voz grave como paladeando cada letra de mi nombre haciendo que me recorriese un escalofrío.

—Dime Lyam —susurré con los ojos cerrados y mi frente pegada contra la suya.

—Te quiero.

Me separé rápidamente, mi corazón se paró y casi me entraron ganas de reír por la situación o llorar por que sus sentimientos eran reales, habíamos tonteado alguna vez sí, pero como nunca llegó a más siempre penspensé que no estaba interasado, aunque ahora me di cuenta de que era yo quién no estaba interesada en tener relaciones y él lo aceptó y me dejó tranquila, no me podía creer lo que me estaba diciendo, realmente deseé que nuestros nombre nunca hubiesen salido en la cosecha pero ya no había vuelta atrás, pasese lo que pasase nada volvería a ser igual. Pero fueron esas dos palabras las que me hicieron recordar que realmente yo también lo quería aunque levanté una muralla a mi alrededor, lo que sentía por Josh era sólo deseo, lo que sentía por Lyam era algo más real, algo mucho más profundo.

— Yo también te quiero Lyam.

Y esta vez fui yo quien lo besé y solo nos separamos para poder respirar.

— Vamos a ver las puntuaciones, ya es la hora —no fue un buen comentario para cortar el ambiente que se había creado entre nosotros,  pero teníamos que ir si no queríamos que nos encontrasen allí a los dos, sobre todo no quería que Josh se enterase, aunque me hubiese gustado ver la cara que ponía.

Fuimos al comedor y nos sentamos uno al lado de otro, después llego Grace que se sentó al lado de Lyam y Josh que se sentó a mi lado, los presentadores de los Juegos empezaron a dar las puntuaciones,  los tributos los profesionales, como no, obtuvieron las notas más altas, Lyam consigió un 7 y yo, bueno yo consegui un 3, mi plan acaba de despegar.