Eʟ ᴀᴍɪɢᴏ ᴅᴇ ᴘᴀᴘᴀ́ ¹-³

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La verdad que la idea de que mi padre me dejara por dos meses con uno de sus mejores amigos no me molestaba, lo que me molestaba era que me dejaba a mi, su hijo, para irse con su novia.

Muchas veces siento que no le importo, que mamá no le importa, sé que tiene derecho a ser feliz y vivir su vida como quiera pero no puede formalizar en menos de una semana y ya tener planeado su casamiento y formar una familia.

Mi madre murió a sus 36 años hace ya unos 11 años a causa de un paro cardíaco. Ella me tuvo a los 25 años de edad, sufrió mucho dado que debía trabajar y yo debía quedarme con mi abuela. Mi padre siempre estaba en la empresa y pocas veces nos veiamos.

Muchas veces cuando tengo un tiempo tomo una foto familiar de hace 13 años, cuando yo tenía 4 años; era una cena familiar formal, papá y yo estábamos de traje negro y corbata, y mamá estaba con un hermoso vestido negro ajustado al cuerpo. Era hermosa, la mujer más bella que pude haber visto.

Me dirigí hacia el primer piso con las maletas hechas y hubiera deseado haber tardado un poco más por qué ahí estaban los dos besándose de la forma más vulgar y repugnante que podían estar haciéndolo. Carraspee haciéndoles saber que me encontraba allí, rápidamente ellos se separaron.

- ¿Nos vamos?

Mire a ambos con dolor y tome las maletas, las deje al lado de la puerta, en el corredor y fui a la cocina. Poco les importó mi presencia ya que volvieron a besarse mientras sus manos se hacían presentes.

- Papá, dame las llaves del auto por qué si tú no me vas a llevar a la casa de Kim lo haré por mi cuenta, ya dan asco así que hablaré con Kim para que me emplee así ya les dejo la casa y se pueden tocar donde se les plazca

Ambos me miraron nuevamente y mi padre estaba boquiabierto y su noviecita sonreía mientras me miraba. Los mire con asco y subí a la habitación lo más rápido que pude no sin antes dedicarles una última mirada.

Tiempo pasado sentí unos pasos acercándose a mi habitación, pensé que sería mi padre pero me equivoqué, no era nada más ni nada menos que Yang Hye Min, la zorrita de papá.

La miré preguntándome que mierda hacia en mi habitación en bata. Ella se acercaba a paso lento y seguro, hacia donde me encontraba, luego de haber ingresado en mi habitación. Se sentó sobre mis piernas, dado que yo me había sentado en mi silla rotatoria y había girado hacia ella, y comenzó a hacerme caricias en el pelo.

- ¡¿Que mierda contigo Yang?!

Ella me miró con un semblante seductor mientras abrazaba mi cuello y se acomodaba con sus piernas a cada lado de mi cintura. Tomó mis manos mientras yo aún estaba en un trance y las llevo a donde su espalda pierde el nombre.

Cuando me percaté de eso la empujé lo más lejos que pude de mi y corrí a toda velocidad con mi padre poniéndome tras el.

Mi padre no entendía lo que sucedía, Yang semidesnuda y yo asustado, pensaba que lo malinterpretaria o algo por el estilo. Tenía miedo.

Yo sufro caliginofobia por lo que realmente estaba asustado, mis nervios estaban a flor de piel. Respiraba acelerado y mis manos sudaban, estaba aterrado.

- ¡Este mocoso intentó tocarme!

Gritó haciendo escándalo, papá no sabía de mi trastorno mucho menos lo que esa mujer intentó así que me las ligue. Papá me llevo al cuarto y me encerró ahí, no sin antes golpearme hasta hacerme sangrar. Si, efectivamente su novia le importaba más que yo.

[...]

Pasaban las horas y yo seguía en el cuarto, tenía sed, tenía hambre, estaba sufriendo. La puerta se abrió y un índice de esperanza se coló por mi ser, me dejaría salir por fin, pero todas esas esperanzas se fueron a la mierda cuando vi a Yang frente a mi.

Otra vez el miedo se apoderaba de mi cuerpo, trataba de calmarme a mí mismo diciendo que todo estaría bien, que no me tocaría.

Se acercó a paso lento, luego de cerrar la puerta con tranca, y me sentó en la cama. Por favor no. Se quitó el vestido y nuevamente atacó mis labios, sentí la impotencia invadir mi cuerpo, tenía ganas de llorar, ¡si esto es un sueño que pare ya!.

Comenzó a quitarme la ropa, luego de estar ambos en ropa interior se subió sobre mí y empezó a besar mi cuello. Mi cuerpo no reaccionaba, no tenía poder sobre él.

Tiempo pasado la poca ropa que ella había dejado sobre ambos yacia en alguna parte del suelo. Se encontraba sentada sobre mis muslos, me estaba tocando sin pudor alguno. Las lágrimas comenzaron a hacerse presentes en mi rostro, ni siquiera podía alejarme, estaba petrificado.

[...]

Me levanté de la cama y caminé al baño con sumo cuidado, me dolía todo, preparé la tina y me metí dentro, comencé lavando mi pelo con total delicadeza, luego seguí tallando mi pecho y seguido la parte inferior.

Cuando ya estuve listo tomé una toalla y me sequé con cuidado, los moretones morados resaltaban en mi piel clara, una vez más la impotencia se calaba en mi cuerpo, las lagrimas comenzaron a hacerse presentes, tomé mi ropa y con cuidado me la fui colocando, una vez que estuve listo peine mi pelo.

Escuché la puerta de mi habitación abrirse y cerrarse, supuse que era ella que ya se iba, una vez ya no se escucharon más pasos salí del baño y mientras las lágrimas caían con más frecuencia cambié las sábanas y ordené el lugar.

Baje, supongo que mis pintas no eran las mejores, los ojos colorados al igual que mi nariz y mi cara, tome las maletas y las lleve al auto. Fuí nuevamente a la casa y le pedí a mi padre que por favor me llevara.

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Ginefobia:La ginefobia, ginecofobia, ginofobia (del Gr. gyné = mujer + phóbos = miedo) es un trastorno nervioso caracterizado por un temor mórbido o una aversión patológica a las mujeres. Se trata de un fenómeno fóbico obsesivo que afecta casi exclusivamente al hombre y por lo general tiene relación con alguna experiencia desagradable sufrida en la infancia en la que intervino alguna mujer.

~ Pure Sex ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora