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Pone el freno de mano cuando aparcamos frente mi edificio. Tomó una de sus manos con las mías obligándolo a que me mire, cuando lo hace me acerco y lo beso. Acaricio su mejilla con mis dedos y me separo un poco. Primero veo sus ojos cerrado y después como mordía uno de sus labios, abre los ojos y lo que veo en ellos no me gusta; es culpa.

—V, tenemos que hablar.

No, claro que no. Siempre que alguien dice eso, le sigue algo muy malo.

—Me lo dices mañana, tengo cosas importantes que hacer. —le besó de nuevo y salgo rápido de ahí.

No dejaría que me termine, o algo así. Yo sé que solo está confundido, hemos estado juntos cuatro años, y eso no cambiaría por una maldita con cara de pez borrón.

Siento su mirada cuando entro al edificio. Samuel, el portero, me saluda con un movimiento de cabeza y sigue con lo suyo. Espero un poco hasta ver que Frank se ha ido y salgo de nuevo, caminó rápido por la ciudad hasta que entro a Luli Coffee, mi lugar favorito en todo el mundo. Está escondido y no muchas personas vienen aquí, me alegra no estar tan rodeada de personas, además tengo mucho que pensar y no hay nada mejor que hacerlo que con un tè especial de este lugar.

Tomó asiento en la mesa de siempre y sonrió al ver que Luli se acerca a mí con su hogareña sonrisa y su cabello lleno de canas.

—Hola cariño —me da una suave caricia en la mejilla y pregunta. —. ¿Lo mismo de siempre?

—Por favor. —afirmó con emoción.

Solo hay otra persona además de Leroy que merecen el mejor trato del mundo y esa es Luli. Conocí este lugar cuando mis padres se largaron hace tres años, y Luli se volvió como mi madre, le debía mucho, y siempre que tenía oportunidad venía aquí con ella.

Mientras espero a que ella vuelva con mi tè, caigo en cuenta que hay alguien justo en la mesa de enfrente, sostiene un libro grueso en sus manos, parece muy inmerso en su lectura, lo único que puedo ver son sus ojos moverse de un lado al otro. Son de color café y sus cejas los hacen ver más hundidos.

Se da cuenta que lo observo y me lanza una mirada intensa, baja su libro dándome vista de todo su rostro. Me sonríe y yo me volteo, finjo ver algo mucho más interesante que el pero solo estoy viendo una pequeña basura que se encuentra en la esquina.

—Aquí tienes Koby. —regreso mi atención hacia ese lugar y veo a Luli entregarle una taza al tal "Koby". Este asiente sonriente y le da un sorbo.

Luli se acerca a mi esta vez y deja mi te en la mesa.

—Que lo disfrutes nena. —me besa la coronilla y se va.

Tomo mi celular y lo apago, no quiero que nadie me moleste. También tomó de mi bolsa mi libreta de bocetos y una pluma. Es uno de los pocos pasatiempos que tengo, desde pequeña disfruto mucho dibujar, al menos fue la primera cosa que mi madre me enseñó a hacer por mi cuenta.

 Comienzo a trazar líneas y a tomar ocasionalmente del té, y sin darme cuenta estaba dibujando al individuo del frente.

Terminó los últimos detalles y admiro mi obra contenta, le echó otro vistazo a Koby, pero ya no está ahí, aunque su libro y taza reposan en la mesa.

—Te a quedado genial. —exclama alguien a mis espaldas.

Di un brinco asustada y volteo con los ojos desorbitados, cuando me di cuenta de que era él cerré con fuerza mi cuaderno.

—Acosador. —veo a otro lado avergonzada, él se sienta en la silla frente a mí y me regala una mirada cargada de diversión.

—Tu eres la que dibuja a extraños sin su consentimiento.

—Cierra la boca. —no sé qué es lo que me pasa, pero este chico me saca por completo de mi zona estable.

—Está bien, está bien —en ningún momento abandona su diversión —. Te dejare sola.

Se levanta y deja un billete sobre la mesa, toma su libro y se dirige hacia la salida.

—Te he dejado el dinero en la mesa Luli, quédate con el cambio —menciona en alto —. Nos vemos en la escuela. —dice esto en mi dirección y yo solo me estremezco.

En la escuela ¿Qué? ¿Va a la misma escuela que yo? ¿Cómo es que nunca lo vi? Siempre recuerdo el rostro del rostro, ¿será nuevo? Si es así... ¿Cómo rayos encontró este lugar?

Ni siquiera la gente que lleva viviendo aquí toda su vida llegan a venir a este lugar, y si alguien lo hace es por recomendación de alguien más, además parecía conocer bien a Luli.

¿Quién eres realmente Koby?







Me dejo caer en mi sofá, me quito los tacones y me acuesto con pereza. Veo el techo por un tiempo indefinido, hasta que me canso y decido tomarme fotos para Instagram para subirme el animo. Retoco un poco mi maquillaje y me pongo en un lugar de luz para buenas fotos. Justo en ese momento Lee me marca y su nombre aparece grande en mi pantalla, contesto al momento.

—Tenemos un problema V —su voz sedosa atraviesa mi teléfono.

—¿A qué te refieres? —respondo ceñuda.

—Tu novio acaba de bajar de su "moto para ocasiones especiales" con la "alimaña"—suspiro asada al escuchar eso. Quería que su capricho terminara ya.

—Tranquilo, después de lo que le espera nunca tendremos que verle la cara otra vez.

—Ay no V, se están tomando las manos —dice alarmado.

—Deja de verlos Lee, mejor ven y hagamos una maratón de películas.

Puedo escuchar del otro lado de la línea como se repite a sí mismo "solo deja de verlos, solo deja de verlos", y así varias veces.

—Voy para allá. —dicta por fin.

Termina la llamada y yo me tallo los ojos cansada, revise mi galeria y ahi se encontraba cientos de fotos mias y de Frank, un aura triste me rodea. No quería admitirlo, pero esto me esta afectando, nunca en todo nuestro tiempo de relacion, Frank había hecho algo así. Me sentía decepcionada, incluso podría decir que me encontraba triste. Pero me rehúso a decir todo eso en voz alta, me niego completamente a perder. Ella solo es una tipa normal, es completamente ordinaria, es solo una tonta oveja dentro de un enorme rebaño liderado por lobos como yo, como Frank incluso.

Tomo mi celular y le escribo un mensaje a Frank.

Donde estas?

18:24

En mi casa.

18:25

Empiezo a reírme.


Voy a bañarme, hablamos después.

18:26

Entonces la risa comienza a distorsionarse al punto que son sollozos incontrolables, podía sentir como algo en mi pecho se retuerce. Escucho la puerta abrirse, pero no me detengo, Frank nunca me había mentido, aunque me costara decirlo ahora, era la persona mas sincera que conocía, podía evitar mis preguntas pero jamás me habría dicho una sola mentira. Siento los delgados brazos de Lee envolverme mientras me susurra frases de apoyo, pero yo solo podía sentirme sucia y desnuda de alguna forma.

My WayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora