Harry Potter The Playboy

Capítulo 17: La apuesta

Daphne Greengrass estaba en la biblioteca, tratando de concentrarse en su tarea de Transfiguración, pero resultó ser más difícil de lo que esperaba. La razón de esto estaba sentada en dos escritorios más adelante, y se llamaba Harry Potter. Ella apretó su pluma, tratando de contener su molestia. No era que ella tuviera un problema personal con Potter, a pesar de su tendencia a destruir a Slytherin en la copa de la casa o el Quidditch. Durante los primeros tres años de escuela, Daphne fue completamente neutral a su presencia.

Todo cambió este año.

La razón aún no era algo personal, pero el aumento de popularidad que recibió este año había resultado con una pandilla de fanáticas, principalmente años más bajos, aunque una cantidad inquietante de niñas de sexto y séptimo año se mezclaban, siempre se agolpaban cuando él estaba en la biblioteca, distrayendo a todos los demás. Para empeorar las cosas, visitaba la biblioteca a menudo para la investigación de torneos, por lo que era una tarea difícil terminar cualquier tarea.

Por el rabillo del ojo, notó que una de las chicas caminaba hacia la mesa donde Harry estaba sentado. "Finalmente", murmuró, sin siquiera molestarse en mirar quién era, con la esperanza de que quienquiera que fuera llevara a Potter a un armario, y recuperara su biblioteca. Pero entonces, la niña habló, su voz familiar hizo que los pensamientos de Daphne se detuvieran.

"Hola Harry", dijo Astoria Greengrass. Daphne se volvió sorprendida al ver a su hermana parada frente a la mesa de Harry. Llevaba puesta la bata de la escuela, pero estaba abierta, mostrando su camisa, se abrieron los primeros botones y su falda, lo suficientemente corta como para mostrar casi la totalidad de sus muslos. Y como si no fuera suficiente, había una expresión familiar en el rostro de Astoria, una expresión que había mostrado cada vez que estaba a punto de darle un ataque a Daphne o sus padres.

"Hola", dijo Harry. "¿Como puedo ayudarte?"

"Soy Astoria", dijo su hermana. "Astoria Greengrass".

"Está bien, Sra. Greengrass-" comenzó Harry, solo para cortar por su hermana.

"Llámame Astoria", dijo su hermana, el leve ronroneo en su voz llenó a Daphne de temor.

"Por supuesto", dijo Harry y sonrió con su maldita sonrisa torcida. Daphne no pudo ver su rostro desde el asiento en el que estaba sentada, pero el repentino sonrojo rojo brillante de su hermana fue suficiente para inferir. "¿Cómo puedo ayudarte, Astoria?"

"Voy a celebrar mi decimoctavo cumpleaños el próximo fin de semana y, afortunadamente, hay un fin de semana de Hogsmeade".

"¿Asi que?" Dijo Harry, temiendo acumularse en Daphne, conociendo a su hermana demasiado bien como para tener alguna duda sobre sus próximas palabras.

"Entonces, Harry", dijo Astoria, la forma en que dijo su nombre levantando los pelos de Daphne aún más. Entonces Astoria puso sus manos sobre la mesa de Harry y se inclinó hacia adelante, su escote lo suficientemente profundo como para mostrar el borde de su sostén. Al darse cuenta de que no podrá escuchar las siguientes palabras, Daphne sacó su varita y lanzó un pequeño hechizo de espionaje que su madre le enseñó, asegurándose de que podría escuchar la conversación incluso si comenzaban a susurrar. Astoria continuó hablando, pero su voz fue lo suficientemente baja como para que las mesas circundantes no la oyeran. "He escuchado rumores sobre tus hazañas recientes, y tengo mucha curiosidad acerca de su precisión. Entonces, vas a ser mi cita para el próximo fin de semana, y me vas a dar un momento mágico, tanto durante la fecha como secuelas. ¿Entendido? " preguntó ella, acariciando su mejilla con su dedo.

"¿Quién soy yo para decepcionar tal orden?", Susurró Harry, envolvió sus dedos alrededor de su muñeca y se los llevó a los labios.

"Sábado, once, Gran Salón", dijo Astoria, se volvió y se alejó, con un balance hipnótico exagerado en las caderas.