—Claro que lo estoy... Pero hay un pequeño inconveniente—El mayor alzó la ceja en señal de que continuara—La semana que viene empiezo la universidad y no podré estar mucho tiempo aquí
—Por eso no te preocupes, puedes estudiar sin ningún problema
—¿Lo dice en serio?—Su esperanza revivió al escucharlo
—Yo nunca juego—Dijo serio
—Gracias Señor Kim, prometo no decepcionarlo—Se levantó del cómodo asiento ya apto para irse
—Una última cosa—Detuvo antes de que saliera por la gran puerta
—Dígame
—Te advierto desde ya, que soy muy estricto en algunos aspectos—Notificó observándolo de pies a cabeza ocultando, con una mirada amenazante, el doble sentido de sus palabras
—No hay problema, estoy a sus ordenes señor Kim ¿qué puede salir mal?
—Tienes razón, qué puede salir mal—Repitió cuando el pelinegro salió de su oficina
No caigas en las redes de este hombre, estas advertido Seokjin
Semana y media había pasado desde el contrato. Jin había entrado a la universidad, y se encontraba más feliz que nunca, pues hoy tenía que ir a la empresa para hablar con su jefe Namjoon acerca del pago
Así que ahí estaba parado frente a la puerta inmensa que separaba la oficina de Joon con el pasillo. Dio unos leves golpes hasta escuchar el pase
Esa era una de las reglas principales, tocar antes de entrar
—Señor Kim—Llamó Seokjin
—Hola Jinie—Saludó tranquilo sin voltear a verlo
Lo primero que hay que hacer para que una presa caiga ante ti es generarle confianza
—No quiero sonar desesperado—Rió nervioso—pero, ¿hoy hablaremos acerca del pago y eso?
—Por eso te cité, tenemos que dejar en claro todo—Dijo por fin elevando la vista—esperame en el sillón, voy en unos momentos
El menor ejecutó las ordenes quedándose quieto. Tiempo después los dos se encontraban sentándos en el largo sofá de cuero
—¿Qué quieres saber primero, Jinie?—Cuestionó acercándose un poco más. El pelinegro no se inmutó, no era la primera vez que lo hacía, además, es por cariño ¿no?
—La paga—Se apresuró a decir
—Oh si—Pausó—no tendrás paga—Confesó alterando al menor—pero antes de que digas algo te explicaré—Jin asintió acomodándose mejor en el sofá—no tendrás paga porque yo te daré todo