Capítulo 3

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Su madre al verla se molestó tanto y la castigó, nada de prácticas, nada de video juegos, nada de juegos en línea y no tendrás celular, todo esto por 4 semanas, qué te has hecho hija, eras una niña muy hermosa con tu cabellera, tanto lo amaba, qué es lo que te está pasando le dijo su madre, y ella no decía nada, sólo pensaba en ese chico que la humilló grandemente, le haría la vida imposible de ahora en adelante, ella estaba decidida.

Las clases comenzaron y en el fondo se sentaba un niño nuevo con apariencia desagradable, todos se preguntaban quién era es que con su gorra cubría su rostro y no lo podían identificar, pero luego se percataron que era Ana, sólo que se había cortado el cabello y ahora parecía más niño que nunca. Carlos entró y se sorprendió al verla, es que ese aspecto no lo esperaba y por un momento se sintió culpable, pero al abrir la boca sólo fue para fastidiarla de nuevo "Oye chico hoy te ves aún peor que ayer, creo que te vino muy mal la derrota", golpeando su mesa y levantándose lo miró y le dijo: "tú tendrás que tragarte tus palabras de ahora en adelante, ten mucho cuidado, esto no lo dejaré pasar", Carlos riéndose dijo: "Oh sí, esto tendré que verlo niño, hace mucho que no me divertía de esta manera", nuevamente molestó a Ana porque ella lo estaba amenazando y él lo tomaba a la ligera. Las semanas pasaron y Ana no podía ridiculizarlo en ningún momento, es que a todo el encontraba la solución, las ideas se le acababan, pero ella no se daría por vencida.

Llegó el festival anual de Artes y le tocaba a su curso presentar una obra de teatro del romanticismo como lo hacían cada año, los papeles eran por sorteos, y justamente le tocó a Ana hacer el papel del príncipe y para su sorpresa a Carlos le salió el papel de la princesa, tirando sus cosas Ana dijo yo no lo haré, y Carlos burlándose le dijo: "no que siempre ganas las competencias, si dejas esto vivirás como un cobarde toda tu vida niño, además de reprobar el semestre, pero eres un inútil así que no podrás", molesta lo miró y le dijo: "ante ti no retrocederé nunca más", aceptó el papel y comenzaron a practicar.

Pero esto no estaba saliendo como la maestra lo había planeado, es que estos dos, entorpecían el trabajo con sus riñas sin sentido, eran como perro y gato, la maestra les dijo que ellos debían practicar sus partes a solas porque estaban retrasando la obra y así no estarían listos para la fecha. Ana no podía creer que esto estaba pasando, cómo podía estar a solas con él, qué pasaría, los nervios se le ponían de punta y no comprendía la sensación que atrapaba su ser.

ELLA ERA FEADonde viven las historias. Descúbrelo ahora