7. Mío y solo mío

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Los cumpleaños a veces son muy esperados, pero hay veces que no se desea que pasen, y este era el caso. Para Carrie Wilson, sus cumpleaños eran  lo peor del mundo, no había día que no deseara que su familia olvidara su cumpleaños para toda la vida.

Pero siempre hay algo que cambia las cosas, casi siempre es un algo y no un alguien, aunque Carrie no había esperado ese pequeño milagro, le llego. 

Podríamos regresar a su infancia para explicar algunas cosas ¿no? 

Apenas nació, fue la oveja de su familia, siendo fruto de una infidelidad, su nacimiento había sido tachado de una aberración, lo peor del mundo era que todos hasta sus 9 años, se encargaron de arruinarle ese día especial.

El cumpleaños, para un niño es muy especial ¿o me equivoco? Lo celebraban, pero cuando era hora de soplar las velas, empezaban los murmullos.

"¿Porque no solo pide desaparecer?"
"Nuestra familia estaría limpia sin pestes como ella
"

— ¡Ojalá todos ustedes se mueran! 

¿Que niña a sus 9 años desearía que su familia se muriera? 
Todo en esa familia era posible. Si pudieron despreciar y hacer miserable la vida de una niña, que no se desearan la muerte ¿que más podría pasar? 

Lágrimas. Lágrimas eran las que caían tras palabra, apresurarse a salir de ese lugar, buscar algo que la hiciera salir de ese hoyo que habían cavado especialmente para ella.

 — Soy Carrie, un gusto — sonrió al chico frente a ella, el novio de su mejor amiga, Vivid.

— El gusto es mío, soy Eliud — su sonrisa había un destello en su vida, se podía decir que era amor a primera vista. — No creí volver a vernos por acá — volvió a hablar el chico mientras se sentaba a su lado.

— El mundo es chico — fue lo primero que paso su mente en ese momento, le ponía nerviosa esa bonita sonrisa y esa mirada.

— Y vaya que lo es ¿vienes sola? — le preguntó mientras se giraba un poco para poder verla mejor.

— ¿E-eh? Ah, vengo con una amiga — dijo un tanto nerviosa, con cierta torpeza paso un mechón de su propio cabello detrás de su oreja. — ¿Y tu, vienes solo? 

Sonrió y  volvió su mirar al frente — Vengo con mi mejor amigo — respondió mientras se ponía de pie, movió su mano en forma de despedida. — Nos vemos después, Carrie. 

Ella lo único que pudo hacer bien fue mover su mano y murmurar un ligero Adiós.

Los días sin verlo eran un sufrimiento. Tan sólo escuchar su voz ya fuera lejos, incluso si no era para ella. Ella sentía que la vida le sonreía, tenía muy presente que no era correspondida, pero eso podía cambiar. 

— Si se puede aprender a odiar, se puede aprender a amar, haré que me ame cueste lo que me cueste — siempre se decía mientras se veía al espejo.

Haría lo que fuera por conseguir que Eliud fuera su novio.

Y cómo lo había planeado, tendría que empezar con una amistad, eso era lo más importante de todo, así pudo conseguir su número telefónico, conocer su casa, sus padres, las personas con las que frecuentaba. En una palabra, había descubierto todo de él. Lo único que  ella no sabía era de su compromiso.

Pero todo lo demás, ya lo tenía, sólo era cuestión de esperar a que Vivid empezará a notar esos cambios en él. 

Esperaba que hubiera una pelea, ambos se enojaran y se dejarán, allí entraría ella como la buena amiga que se supone que era, daría su ayuda para ambos y luego alejaría a Vivid para quedarse  con Eliud.

En su mente era un plan perfecto, totalmente perfecto, lo único que no tenía previsto era su compromiso y el tiempo que tardaría en que su plan diera frutos.

Mientras más esperaba, más aburrido se le estaba haciendo, algo le decía su plan no funcionaria, pero ignoraba ese sentimiento, no quería tener más contratiempos.

Tanto su plan funcionaba como no lo  hacía, ese obstáculo que no permitía que su plan funcionara era Vivid, tendría que eliminar a ese contratiempo, apenas se deshiciera de ella.

— ¿Cada cuando viene Eliud por ti? — había pregunto a su amiga.

— Cada que tiene tiempo ¿por que? — arqueo una ceja mientras se cruzaba de brazos, no le era de su agrado que su amiga preguntara por su prometido, no le daba  espina, no quería dudar de su amiga, pero no le daba mucho a que pensar si a cada rato le estaba preguntando  por él. 

— Para saber que días me quedo más tiempo contigo — le contestó lo más simple que pudo, no quería levantar más sospechas, pero no podía hacerlo, algunas veces era muy obvia, pero trataba de no serlo.

Había odiaba ser tan obvia con algunas cosas, lo único que podía hacer era negar las cosas y hacerse la loca.

— 5 malditas semanas y ellos no se han enojado ¿tengo que ejecutar el plan AB? —  suelta un suspiro pesado — comisario, podría tan sólo hacer una pequeña parte del plan AB, tal vez tenga frutos... Gracias por los consejos, es muy bueno dándolos — cargó a su gato para poder sentarse en su cama.

Cabe destacar que en la pared de su habitación tenía un par de fotografías que le había tomado a Eliud, más aparte debajo de aquellas fotografías una hoja con la frase "Eres mi luz al final del túnel".

¿Se trataba de una obsesión? ¡Claro que lo era!

Ella lo sabia, estaba consiente de eso, pero no quería aceptarlo, para ella solamente era una persona amando a otra y tratando de conquistarla, nada del otro mundo.

Su familia la había tachado de loca, vaya que lo estaba.

— 6 semanas, vamos bien, comisario — le dijo a su mientras entraba a su habitación, dejó su mochila a un lado de su cama — Me acabo de enterar que Vivid se enojo con Eliud porque siempre está hablando conmigo, solamente falta que Eliud se aburra de sus celos y la deje por celosa y dramática — le dijo con total felicidad.

Su  plan AB trataba simplemente de pasar más tiempo con él, salir más seguido juntos, hablar por llamada, mensajes de texto y evitar que Vivid pase tiempo con él, invitarlo a su casa.

Sólo había usado lo de hablar más con él y salir, y vaya que había dado frutos.

— De verdad no era necesario que me dieras algo — hablo mientras abrazaba a ese chico que dominaba sus pensamientos.

—  Es tu cumpleaños y tenía que regalarte algo — sonrió mientras dejaba de abrazar a la chica, había notado ciertos comportamientos extraños en su amiga, pero lo daba a su imaginación.

— Muchas gracias, muchas gracias — ese día había sido el mejor de toda su miserable vida. El amor de su vida le había regalado algo, era algo muy pequeño, pero lo atesoraría por siempre.

Sus encuentros habían sido cada más  frecuentes.  

— Serás mío y solo mío — murmuraba mientras abrazaba su almohada.


.   .   .   .   .   .   .

Después de tanto llegó

No es mucho, pero es trabajo honesto.by. Channie

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⏰ Last updated: May 01, 2020 ⏰

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Do not look back, the death game startsWhere stories live. Discover now