4. Sonrojos

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Quien diría que después de aquella pequeña pelea entre las primas Eliud y Vivid se volverían más unidos. Aunque cabe aclarar que Vivid lo seguía tratando algo distante, pero ya era diferente.. Aceptaba estar con él, incluso que la abrazara o tomara su mano. Eliud por su parte, realmente parecía disfrutar de ya poder pasar más tiempo con Vivid. 

Pero lo que aun no sabia ninguno de ellos dos era que realmente estaban prometidos, hablar de aquel tema era nuevo para ellos. Alicia, trataba de hacer lo posible para que su tío rompiera aquel compromiso, pero había una personita que siempre se lo impedía.. Su pequeña hermana Alex quien era apoyada de su hermano mayor, Sebastian. Pero ¿Qué podía hacer una pequeña niña de casi 10 años? 

Mientras el tiempo pasaba, Vivid y Eliud comenzaban a llevarse mejor, Sebastian y Alex siempre se encontraban felices por ellos dos, pero Alicia, desde su interior deseando que aquel compromiso se rompiera. A pesar de ser solo una niña, y que una niña tan pequeña no debería de tener aquellos sentimientos, deseaba que Vivid se muriera. 

Pero como es el destino quien decide quien se queda y quien no, nada de lo que Alicia deseaba se hacia verdad. Eran más como sus fantasías..

Exactamente aquella tarde Eliud se encontraba jugando cartas con su papá, Sebastian y su padre. Aunque los mayores los habían echado de aquel lugar, los dos pequeños no hicieron caso y se quedaron viéndolos jugar y en momentos también jugando.

- Vamos papá, yo también quiero jugar - aquellos ojos de cachorro nunca le fallaban contra su padre. 

- Sebastian.. Te he dicho más de tres veces que no, que vayas con tu hermana - la voz del mayor era tranquila, realmente tenía mucha paciencia cuando se trataba de sus hijos.

- Anda,solo un juego ¿si? - sus ojitos de cachorro no lo estaban ayudando en nada.

- Sebastian ¿porque no tu y Eliud van por algo de dulces? - ahora fue turno del padre del contrario hablar.

- ¡Pero papá! ¡Queremos jugar! - sus berrinches no se hicieron esperar, pero con una simple mirada de su padre lo hizo callar, al momento se levanto y jalo a su amigo.

Los dos pequeños salieron de la sala con los brazos cruzados, no tenían nada mejor que hacer, eran vacaciones, querían jugar, pero sus padres no los dejaban. 

- ¡Seby! - un pequeño grito y de la nada el aludido ya se encontraba en el suelo con una pequeña niña encima.

- Alex.. ¿Que te he dicho de tirarme? - con ayuda de su amigo se levanto del suelo.

- Que no lo haga o te puedes pegar en la cara y quedar más feo de lo que ya estas - contesto con una sonrisa.

- ¿Enserio dijo eso la jirafa? - pregunto incrédulo Eliud.

 - Obvio que no, hongo - soltó una pequeña risa mientras se sacudía su ropa un poco.

- Los dos tienen apodo ¿pero y yo? - un pequeño puchero apareció en sus labios.

- Tu eres pato, acuerda te Alex - agrego Eliud con una sonrisa.

- Pareces un sol sonriendo - sonrío de igual la menor.

Eliud ante cualquier halago que le hicieran, ya fuera el más pequeño, siempre se lograba sonrojar, y este era el caso, con aquellas simples palabras, la pequeña logro que un gran sonrojo se apoderara de su rostro. 

Las risas de Sebastian no esperaron más y se hicieron presentes, lo único que Eliud pudo hacer fue sonrojarse más y al cabo de unos segundos comenzar a reír también, por su parte Alex no entendió el porque se reían, solo se comenzó a reír por las risas de sus mayores. 

Al pasar unos minutos, los tres niños fueron a sus propias habitaciones, estaban en una casa de verano, se alistaron para ir al río que había cerca de la casa. Al ya estar listo, en la entrada de la casa se encontraron a Vivid, la cual a la primera persona que saludo fue a su primo Sebastian.

- ¿Van al río? - preguntó la pequeña mientras abrazaba a su prima y de paso a Eliud.

- Si ¿vienes? - pregunto Eliud con una pequeña sonrisa.

- ¡Claro! Solo esperen tantito ¿si? - dijo comenzando a ir a las escaleras.

- ¡Date prisa! - fue Alex quien hablo 

Al cabo de 10 minutos, Vivid bajo con su traje de baño y una cubetita amarilla donde dentro traía un par de palas de plástico, traía unas sandalias moradas. 

No tardaron mucho los cuatro pequeños en llegar al río, entre ellos comenzaron a jugar, lanzarse agua, Alex y Eliud se quedaron intentando hacer un castillo con la arena y las piedritas, cosa que no podrían. 

Tanto Vivid como Sebastian se la pasaron lazándose agua y riendo, a los pocos minutos, ya Eliud y Alex se encontraban jugando con ellos dos. Estaban riendo, conviviendo tranquilamente. 

- ¡No! ¡Sebastian, bájame! - Alex comenzó a patalear mientras gritaba

- ¡No grites! ¡Ah! - los dos cayeron en el agua, ya que Sebastian se había resbalado, Vivid comenzó a reír a carcajadas. Eliud fue hasta ellos y los ayudo a levantarse mientras reía.

Fue un rato realmente agradable para los cuatro pequeños. Estuvieron horas jugando en el río, cuando ya iba anocheciendo cuando ya iban de regreso a la casa de verano, aun iban platicando tranquilamente. 

- Sabes Eliud...- comento Vivid mientras se estiraba con su cubeta de palas en una de sus manos.

- ¿Dime, Vid? - contesto mientras la miraba.

- Me gusta como sonríes - de igual manera sonrió con dulzura.

Nuevamente un gran sonrojo invadió su rostro, no hizo más que cubrir su rostro con sus manos, odiaba sonrojarse tan fácil, pero le gustaba que Vivid lo hiciera sonrojar.

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By: Channie.

Perdonen por no haber actualizado antes :'D 

La escuela me tiene ocupada :') Tratare de actualizar más seguido.Hasta la próxima.~ <3 

Do not look back, the death game startsWhere stories live. Discover now