-¡Entonces! ¿Piensas ayudarme o no?- lo mire furiosa
Llevaba 15 minutos aquí y Michael seguía siendo un bobo al no decirme nada de lo que necesitaba.
-¿Qué ganó a cambio?- me mira mientras alza una de sus cejas.
-¿A mamá feliz tal vez?- bufé molesta, estaba llegando a mi límite. -Eres un idiota, yo haré sola ésto-
-Te ayudaré,solo porque deseo ver feliz a tu mamá- dijo con una juguetona sonrisa.
-bien,ahora dime ¿Qué quiso mamá siempre desde niños?-
Michael fijo su mirada en algún punto muerto de la habitación. Parecía que hubiese hecho la pregunta más difícil del universo
-¿Y bien?- insistí al ver que no decía nada.
-No lo sé, Mía- me miró dudoso. -Tu mamá siempre fue muy reservada con las cosas que anhelaba, decía que era de mala suerte contar tus sueños y deseos-
¡Genial!
-Es caso muerto- suspiré mientras me tumbaba boca abajo en la cama.
-Te ayudaré,pequeña- dijo mientras hacía un intento de piojito en mi cabello. -Ahora largo de aquí, necesito bañarme-
-¿Vas a salir?-
-¿Desde cuándo debo responder preguntas así?- me miró burlón
-Vete al demonio- suspiré para después salir de la habitación
-vamos, no te enojes- caminaba detrás de mi -Solo me iré por una o dos horas, tus papás llegarán pronto-
-Da igual, suelo quedarme sola en las noches- respondí para soltar una pequeña risa al final- papá y mamá toman estás cenas como una escapada de novios en juventud-
-entonces... ¿No llegarán a dormir?- me miró con una pequeña sonrisa
-es lo que he dicho,bobo. Ahora largo, hueles anciano sudado-
-Hey- me miró ofendido.
-Es broma, linda noche Michael- deposite en pequeño beso en su cachete para después entrar a mi habitación.