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Siento como me toman con fuerza de la cintura, choco con un pecho agitado como si hubiera corrido un maratón.

Intento alejarme pero es en vano, me gira bruscamente sin soltarme haciendo que lo mire y con lo que me encuentro no me gusta nada, frente a mis ojos tengo a un hombre con el rostro rojo de rabia y unos ojos completamente negros que dan terror.

—¿Qué crees qué haces?—dijo con rabia teñida en su voz—¿crees que vas a escapar? eres mía, nunca lo harás, ¡nunca!— me sobresalto por aquel descomunal rugido e intento alejarme, pero el me toma del brazo con rudeza y nos adentra de nuevo a la casa.

—¡Suéltame maldito animal!— forcejeo y grito todo lo que mis pulmones me permiten, mientras el apretaba su agarre en mi brazo—¡eres una bestia, me haces daño!— suelto un quejido cuando me estampa contra una pared.

—¡Cállate!—grita en mi cara con sus ojos clavados en los míos— tu te lo buscas.

—Solo quiero irme de aquí—digo entre pequeños sollozos por el miedo que esta bestia me provoca.

—¡No!—ruge con frustración—no te iras— me toma de nuevo del brazo para comenzar a caminar -aun forcejeando- hacia el cuarto, cuando llegamos cierra la puerta con fuerza y hace que me siente en la cama.

—¿Qué quieres de mi?— digo en un sollozo— no tengo dinero, no tengo nada para darte ¿que quieres de mi?

—Quiero— contesta acercándose a mi con paso lento y noto que que sus facciones se relajan— tu corazón, quiero que te enamores de mi— intenta acariciar mi mejilla pero aparto la cara y le digo:

— Estas loco si crees que me enamoraría de tal bestia— contesto seca, sin siquiera mirarlo a la cara.

Noto como vuelve sus manos puños y sale del cuarto con un puertazo.

Cuando ya no escucho sus pasos voy hacia la puerta y la intento abrir pero esta no sede.

"me encerró"

Mas eso no me detiene, tomo uno de los pasadores que decoraban mi pelo e intento abrir la puerta como en las películas, pero no funciona, al parecer yo no corro con la misa suerte que las protagonistas. Ni siquiera intento mirar por las ventanas porque se que me separan metros del suelo.

Sin nada que hacer me dedico a observar el cuarto lentamente, escudriñando cada objeto que se posa en mi vista, doy con dos puertas, me acerco lentamente a una de ellas y con lentitud giro la perilla abriéndola, encontrando un hermoso baño de azulejos negro mate con detalles blancos y azules, entré despacio, como si en cualquier momento algo me atacaría, doy una vuelta en mi eje encontrándome con un espejo y miro mi cara, mis ojos hinchados y nariz roja por haber llorado.

y es cuando me pregunto.

"¿por que a mi?" "¿yo que hice para merecer esto?"

S.P

My MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora