Tercera parte.

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¡La última parte! Lo siento por la tardanza, pero mi apellido es mala suerte y obtuve cansancio visual. Tuve que alejarme del computador por unos días.

¡Los quiero y gracias por leer esta pequeña historia!

3/3


Había pasado una semana entre sus clases con Jungkook, sus estudios propios y las cenas por la noche, en donde ella y Jisung tomaban un poco de diversión. Las cosas con el pelinegro seguían de la misma forma en que habían empezado la semana y Lisa no trataba de poner atención a la actitud tan irritante del chico, pero cuando parecía llegar a un punto robótico, es cuando quería cogerlo de los hombros y zarandearlo. Luego realizaba todo su camino a casa con la cabeza sumergida en la situación. No podía considerarse a sí misma una rompe corazones, pero que tanto podría pasar por al cabeza de Jungkook para que se comportara de esa forma. Ya, que no había sido para tanto. Después de todo Lisa solo fue la obsesión de turno de Jungkook, el llamado picaflor de la escuela. No podía tardar mucho hasta que simplemente cambie hacia su nuevo objetivo ¿Cierto?

Y si antes Lisa tenía dudas sobre aquello, lo terminó por confirmar un martes cuando Jungkook parecía un poco impaciente en terminar la clase. Así que Lisa se animó a preguntar, como parte de sus pobres intercambios de palabras.

—¿Tienes prisa?

Jungkook la miró unos segundos antes de volver la vista al problema que estaba resolviendo. Asintió y Lisa se perdió en el movimiento de su cabello ondulado.

—Sí ...—musitó—he quedado con alguien.

Lisa alzó las cejas y los dos conectaron miradas por un momento, pero Jungkook rápidamente volvió al problema.  Lisa no se dio cuenta lo que estaba haciendo, hasta que el sonido de la constante presión de su dedo contra el pequeño botón superior del lapicero empezó a escucharse. Lo soltó inmediatamente, un poco confundida consigo misma. 

Sacudiendo la cabeza, decidió dejar libre a Jungkook, después de todo ya habían completado las dos horas del día. Jungkook guardó sus cosas rápidamente y los dos salieron al mismo tiempo, aunque Lisa se mantuvo unos pasos detrás del pelinegro. Se despidió de la bibliotecaria con una inclinación de cabeza y salió al pasillo, por donde Jungkook ya había desaparecido unos segundos antes.

¿Así que había quedado?

Ella siguió caminando hacia la salida, tratando de desviar sus pensamientos a otra cosa. Ella no tenía por qué interesarle las salidas del pelinegro. Sin embargo, su boca cayó abierta cuando llegó a encontrarse en la puerta de salida a Jungkook y alguien más. Era Kim Hye Ne, una de las trillizas. ¿Esa era la cita de Jungkook?

Vaya, al parecer al fin se apiadó de una de ellas. Bien por él.

Cuando Jimin oyó sobre aquello de parte de Lisa, se reventó en risas. Lisa le había fruncido el ceño por su reacción fuera de lugar, sin entender cuál era la parte graciosa de todo el asunto. Sin embargo, cuando de sus labios saltó la pregunta, el rubio la miró divertido y logró que la duda que había estado surgiendo en su cabeza al fin explotara, solo con unas simples palabras.

"Es gracioso, porque no puedes ver los celos en tus ojos"

Si Lisa hablaba de celos, no quería decir que tocaba un tema desconocido. Ella sintió celos cuando su hermano nació, cuando su padre decidió divorciarse con su madre para formar otra familia y probablemente en otras ocasiones insignificantes que ya ha olvidado. ¿Pero hablar de celos por Jungkook? Los celos son parte de la naturaleza humana y una reacción ante la perdida repentina de atención. Lisa era inteligente y podía aceptar que tal vez estuviera un poquitín celosa, pero no porque le gustara Jungkook. Había pasado casi medio año con la atención desesperada encima y que repentinamente se acabara, solo la ponía incomoda.

Hateful  ↯  Liskook 3.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora