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Pasaron meses
Su relación se volvía horrible con cada pelea.

Se odiaban y amaban.

Ink no lo admitía, pero él también necesitaba a Error. Necesitaba sentirse amado de verdad, necesitaba causarle tanto daño y tener el placer de verlo volver. Porque el ego se le subía al ver como Error estaba tan mal enamorado de él que volvía una y otra vez. Y sí, lo amaba, peor no lo amaba de forma sana.

Se besaban y se infectaban de veneno.

Se abrazaban y se hacían apuñaladas mutuamente.

Diría que el único momento en el que se sentían bien uno con el otro era en la intimidad, pero no.

Después de una pelea larga, de esas que duraban dos semanas, tenían relaciones para liberar el estrés.

No era sano. Nada con ellos era sano.

Los dos terminaban con arañazos y moretones. El sexo era como una pelea más fuerte en la cama.

Pero esto ya era suficiente.

Error decidió terminar con todo esto.

¿Qué lo hizo cambiar de opinión?

Cuando vio a Ink, por secta vez este mes, besándose con otro sujeto. Eso no lo afectó, estaba acostumbrado.

Lo que le afectó es que estaba en frente de su puerta, como si es que quisiera sacarle en cara a Error. Lo peor es que cuando Error le interrogó por eso él actuó como si no lo conociera.

[. . .]

— Hazlo. —Habló cortante y sin vida en sus ojos— Termina conmigo.

— Deja de decir estupideces, Error.

— No me amas, nunca lo has hecho. ¡Deja de torturarme así! —Iba a llorar, pero no. Sus lágrimas se secaron hace tiempo.

— ¡No lo haré! ¿Me oíste? ¡Te quedarás atrapado así conmigo! —Conenzó a empujarlo violentamente, dándole leves golpes en el hombro y espalda.

— Por favor Ink... Termina conmigo.. sé que no me amas, sé que solo me utilizas para tu repugnante juego.

— ¡Deja de decir estupideces! —Los golpes se hicieron más fuertes, y con cada golpe una nueva grieta de hacía en el corazón de Error.

— ¡Hazlo! —En un intento de defenderse, empujaba a Ink lejos de él. El albino comenzó a darle patadas y Error tomaba el rostro del contrario arañandolo.— ¡Termina conmigo, infeliz! ¡Liberarme de esta prisión!

— ¡No lo haré! ¿Me oíste? —Gritababan y se golpeaban como antes. Era horrible.

— ¡Bien! ¡Lo haré yo! —En ese momento todo se tornó silenciosos, Ink dejó de golpearlo y escuchó atentamente. No era capaz de hacerlo,  ¿Verdad..?— Terminamos, No quiero volverte a ver. —Lo empujó y se dirigió a la puerta.

— Vuelve.. —Susurró, ¿Por qué la idea de ser dejado por el azabache le parecía tan dolorosa?— ¡VUELVE! —Grtió. Gritó como si su única fuente de amor se iba, y era así. Tal vez gritaba por sabía que la única persona que realmente lo amó se iba y lo abandonaba.

Y así Error pudo terminar con eso. Pudo terminar con todo.

[. . .]

— Hola —Saludó un chico de pañuelo azul, parecía menor por su estatura y voz.— Quería decirte que ya es hora de cerrar el parque, soy el guardia de seguridad de todo esto ¿Podrías retirarte? Es que me regañarán si dejo el parque abierto más de lo debido.

— Oh, lo siento —Error se levantó de su asiento.

— No hay problema, te acompañaré a la salido —El de azul sonrió amigable.

— Gracias. —Se le quedó mirando por un rato, ¿En serio era el guardia de seguridad? Parecía tener unos 16.— Pareces ser muy joven, ¿Cuántos años tienes?

— Tengo 20 años, señor. —Dijo un poco apenado— Muchos piensan que soy menor que eso.

— Lo lamento, es que en serio pareces un niño —Rió un poco ante su propio chiste, haciendo enojar un poco al menor— Perdóname.

— No se preocupe, todos dicen eso. —Dejó de caminar cuando ya llegaron a la salida.— Fue un gusto, señor...

— Error —Sonrió.

— Soy BlueBerry, gracias por visitar el parque.

Y trató de iniciar de nuevo.

Pero no podrá, nunca podrá.

[Rose with hurting thorns] ♡ErrorInk♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora