La brisa se colaba por sus ropas, haciéndolo estremecer. Podía observar sus pies bajo suyo, jugando con la tierra y ensuciando sus blancas zapatillas.El sonido relajante y tranquilizador del mar a lo lejos hacía eco en su cabeza, sintiendo incluso las olas romperse contra la arena e imaginando los rastros húmedos que dejaban sobre ésta misma.
Frente a él se hallaban unos infantiles juegos desolados, al igual que el inmenso parque en donde se encontraba. El brillante cielo tiñéndose de naranja y ciertos morados lo saludaban, así como el día se despedía lentamente.
Se hallaba solo, inmerso y aburrido ya cansado de ver sus pies, por lo que sin pensarlo mucho se fue aproximando a aquellos llamativos juegos.
Habían diversos, algunos toboganes, algunos columpios, pasamanos, uno que era de escalar, de saltar, había un gato. Pero le llamó la atención uno en específico, un sube y baja, su juego preferido.
Pensó en los bonitos colores que poseía, en su longitud, en su mecanismo, lo grande que era este frente a él y en la increíble sensación que da el estar en lo alto, en la cima de todo, sintiéndote superior en el buen sentido, ver más allá de las cosas, y sentir que con la palma de tú mano puedes tocar los cielos.
Sin embargo había un pero, el sube y baja era de dos, para poder utilizarlo y en sí, hacer que funcione, tienen que haber dos personas para balancearlo y lograr esa armonía de subir y bajar con la ayuda de ambos, ya que al encontrarse únicamente una persona, éste era totalmente inútil, y eso era algo que frustraba mucho al pequeño de cabellos azabaches. Él era una persona muy tímida, seria y reservada, por ende le era difícil tener amigos o tener una conversación larga y cómoda con alguien aparte de su familia, por eso mismo no podía jugar a este tipo de juegos tan seguido.
A pesar de eso, se encogió de hombros y con pasitos lentos paso una pierna por arriba del asiento del juego, afirmándose de un palo en frente de él especial para ello. Inocentemente trataba de dar unos saltitos impulsándose de sus pies para poder elevarse un poco, sin embargo lo que no se esperaba era que al bajar, su parte del juego iba a chocar abruptamente contra el suelo provocando que chillara por el dolor que comenzó a formarse en su parte trasera y se arrepintió al instante.
Sus rasgados ojos se encontraban apretados junto con una mueca de dolor mientras se encontraba medio levantado del juego, tratando de suavizar el golpe frotándose levemente cerca de su zona afectada, mientras soltaba uno que otro sonido de dolor.
De improviso se sintió elevarse por los aires tras soltar un grito de sorpresa y, atontado, buscó donde afirmarse para no caer.
Buscó la persona responsable de que su corazoncito se acelerara por la impresión y miedo de ello. Más al juntarse ambas miradas, se perdió en esos mares mieles observarlo divertido e inocente desde abajo.
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➷ シーソー ; ᵐʸ + ᵖʲ
Short Storyˢᵘᵇᵉ ʸ ᵇᵃʲᵃ Dᵒⁿᵈᵉ ᵈᵒˢ ᵃᵈᵒʳᵃᵇˡᵉˢ ᵉ ⁱⁿᵒᶜᵉⁿᵗᵉˢ ⁿⁱⁿ̃ᵒˢ ˢᵘᵉˡᵉⁿ ʲᵘᵍᵃʳ ʲᵘⁿᵗᵒˢ ᶜᵃᵈᵃ ᵈⁱ́ᵃ ᵉⁿ ᵘⁿ ˢᵘᵇᵉ ʸ ᵇᵃʲᵃ. " ¡Mⁱʳᵃ! ¡ᵖᵘᵉᵈᵒ ᵗᵒᶜᵃʳ ᵉˡ ᶜⁱᵉˡᵒ! - ᵃᵖᵘⁿᵗᵃᵇᵃ ᶜᵒⁿ ˢᵘ ᵈᵉᵈᵒ ᵘⁿ ᵖᵉᵠᵘᵉⁿ̃ᵒ ⁿⁱⁿ̃ᵒ ʰᵃᶜⁱᵃ ᵉˡ ᵐᵉⁿᶜⁱᵒⁿᵃᵈᵒ, ᵗᵒᵗᵃˡᵐᵉⁿᵗᵉ ᵖᵉʳᵈⁱᵈᵒ ᵉⁿ ᵉ́ˢᵗᵉ ˢⁱⁿ ᵖᵉʳᶜᵃᵗᵃʳˢᵉ ʳᵉᵃˡᵐᵉⁿᵗᵉ...